La cita que nunca fue.

La cita que nunca fue.

Wilberth

20/02/2019

2:30 de la tarde, fue la hora exacta en la que quedaron coincidir, en la esquina justo frente al viejo cine Lux. Un día antes, sostuvieron una charla muy amena, mediante el teléfono recordaron todo lo vivido 13 años atrás, y a pesar de que por eso años eran unos niños, hoy sus vidas habían cambiado, el destino había preparado futuros muy distintos y separados. Los años han pasado, Jorge se había convertido en un músico exitoso, en tanto Elena, había alcanzado el sueño de su vida, una talentosa dibujante. Ambos amantes de la vida bohemia habían pasado sus mejor años y momentos en las calles de la sexta avenida. De calle en calle, pasaban día a día, del amanecer hasta el anochecer. Para terminar la noche, según las propinas de los caminantes de la sexta calle habían dejado en sus sombreros, solían cenar en un café donde la comida italiana era la especialidad.

Eran días eternos, el amor, la bohemia y las ganas de hacer lo que amaban, era lo único importante. El amor acabo, la bohemia se esfumo y la vocación fue prioridad. Elena partió a Italia a perfeccionar los retratos en óleo, Jorge, busco la bohemia de Argentina y agudizar el oído por medio de la escuela de música. 5 años después regresaron los dos, pero jamás se buscaron. En los siguientes 3 años, volvieron su vida pública a raíz del talento que tenía, él se presentaba en el teatro de Asturias, ella exponía sus tiernas pinturas en el palacio de Ubico. Cambiaron la calle por los recintos más importantes del país. El titular de un periódico los nombraba como personajes del año, y fueron entrevistados por separado por la misma reportera, Susana. Fue así como consiguieron sus contactos telefónicos. Si, quedaron para tomarse un café en aquel viejo restaurante italiano. 2:30, de forma puntual llego Jorge con un ramo de rosas blancas, las favoritas de Elena. Justo cuando las campanas de la catedral daban las 5:00 de la tarde, Jorge despertó de la mesa de esquina donde solían sentarse a tomar café en aquellas noches de bohemia. Se dio cuenta que Elena nunca llego a la cita. Una voz muy en el interior decía que saliera a buscarla al viejo portal del comercio, donde la conoció aquella tarde de verano. Y allí estaba Elena, desfallecida en el suelo, casi sin aliento y con la mirada triste, ella conto a Jorge toda la verdad. Durante su estadía en Italia, detectaron un tumor pequeño en la cabeza, el cual fue creciendo poco a poco, y decidió jamás contar nada y nunca tratar tan peligrosa enfermedad. Sin embargo, ese día sería el último, el tumor había crecido. El saco del bolsillo, una cajita, adornada con franela, donde sacó un anillo con un precioso jade incrustado en él. Jorge propondría matrimonio a Elena. Sin embargo, al momento de sacarlo y ensañarlo, ella pego un suspiro y partió a la eternidad, en el mismo lugar donde habían conocido el amor 13 años atrás.

Hoy Jorge, regresa todas las noches, al mismo café, en la misma esquina, a esperar a Elena, por si regresa…

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