La mayoría de mis escritos, por no decir que todos, están relacionados con el amor. Ya sea porque sufrí una decepción «inesperada» y lloré letras que quería plasmar en un papel para no morir en el intento o, porque en ese momento estaba sintiendo chispas invisibles por todo mi ser y quería dejar constancia y evidencia de ello por escrito; para no olvidar, para revivir el momento cuando leyera una y otra vez y así, poder seguir aprendiendo.

En éste, seguirá siendo así. Tendrá el mismo hilo. Aunque en verdad no sé cómo resulte porque en ésta instancia soy una licuadora a la que le arrojaron infinitos sentimientos y oprimieron el botón de mayor potencia.

Estoy enamorada del amor. Sin duda alguna, a mi criterio es el sentimiento más hermoso que existe. Mueve montañas, despeja cielos grises y tormentosos, hace palpitar el corazón a un ritmo melódico, eriza la piel, emociona, inquieta, alarma, excita. El amor real brilla en dorado como la luz de las estrellas y no se desvanece espontáneamente

En lo particular, a mí me hace florecer a pesar de estar en un limbo de afligimiento. Por ello, pese a las experiencias que he tenido, tanto buenas como malas, mi decisión al final es seguir amando, siempre con más ganas. Con ese amor característico que me define, con ese que ya no es de estos tiempos, con ese que es tan poderoso y grande que necesita expandirse de un solo golpe en toda su magnitud.

Ahora bien, no sé quién me habrá hecho creer que haciendo lo que querías, iba a lograr que me quisieras, que te enamorarías de mí, dejando a un lado e ignorando el hecho de que el amor es espontáneo, que surge de la nada, que es conexión, que el amor no se consigue. No se trata de dar nada a cambio. No hay que desnudar el cuerpo para intentar que se interesen por ver tu corazón.

Quizás en el fondo es porque sé que en algún momento te voy a perder, que no vamos a ser. Aunque ni tendré el derecho de perderte porque realmente nunca te tuve.

Quizás el dejarte hacer lo que quieres, es darte ese empujoncito para que te vayas. Porque básicamente eres y perteneces a quien en su máxima libertad, te elige todos los días y, en tu independencia y autonomía, no soy elección, solo soy una caja de confort donde simplemente te sientes cómodo. ¡Pero vamos!, sabemos que eso nada tiene que ver con el amor, ni mucho menos con amar tan intensamente a alguien que ves cómo las estrellas se alinean sin tener ninguna prueba de ello.

Me quiero elegir a mí, me quiero desprender de las relaciones que sobreviven a base de mi esfuerzo. Me quiero sentir segura, no con dudas de si me quieren lo suficiente o de si al día siguiente me van a seguir queriendo. Quiero que me amen tanto o más, como yo he amado. No por reciprocidad, sino porque simplemente inspire a ello. No quiero forzar a mi corazón a que encaje con otro que no es de su tamaño porque le queda chico.

Hay gente que te queda chica, pero la esperanza a veces es tan peligrosa como la necedad.

No quiero seguir intentando que me quieras cuando no sabes cómo hacerlo, cuando no encuentras la manera de lograrlo, ni ansiar que me veas sólo a mí cuando sueles fijarte en cualquier persona, ni mucho menos que te llegues a comprometer por el momento, con algo en lo que ni tú mismo crees.

He aprendido que ninguna relación se gana insistiendo, porque hay cosas que si se fuerzan, se rompen. Pero, ¿Por qué a pesar de saber eso, de todos modos sigo? Creo que es porque tiendo a ver la mejor versión que tú podrías llegar a ser conmigo y me ato a eso, aunque al final me de cuenta que por mucho amor que te pueda tener, no es suficiente o no alcanza para cubrir el que a ti te hace falta sentir por mí.

No me quiero desvivir por llegar al corazón de alguien que evidentemente ya decidió de antemano, el querer jugar con reglas distintas para que nunca lo pueda alcanzar.

«Mi madre solía decir que el amor nunca se malgasta, aunque no te lo devuelvan en la misma medida que mereces o deseas. -Déjalo salir a raudales- decía. Abre tu corazón y no tengas miedo de que te lo rompan. Los corazones rotos se curan. Los corazones protegidos acaban convertidos en piedra». Anónimo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS