Llegó y sacudió todo tan fuerte como reclamando el tiempo que se había ido, esa nostalgia tan profunda, esa inevitable tormenta que se avecina, ese dolor en el pecho tan fuerte y tan hueco como si robara mi vida, como si consumiera mi razón; ahogándome en el abismo de mi mente, una mente envenenada y perdida, una mente atorada e inundada de fracaso, de pasado, de añoranza, de un ayer, de una vida; y me ahogo en el dolor, brota por mis ojos, brota ardiendo en desesperación.

Los gritos se enredan en mi garganta, rasgan mi lengua tratando de salir, salir como si alguien quisiera escucharlos, salir como si aun se pudiese salvar algo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS