El Armario

El Armario

Zerwelt

17/02/2019

El mayor de la familia despertó algo confundido. En su mano derecha tenía un martillo y en la izquierda un crucifijo. Notó como se le aceleraba el pulso, algo se acercaba por la puerta y asumió estar preparado para luchar. Una misteriosa figura de ojos rojos apareció de repente; actuó por inercia. Golpeó con el martillo hasta proferir un primer golpe, luego un segundo y así hasta que no supo más de esta.

Despejó un poco su mente y notó como el martillo estaba cubierto de sangre. En el suelo el cuerpo moribundo de su esposa yacía recién golpeada. No entendía que sucedía, no creía haber sido capaz de aquella atrocidad.

Se vio al espejo, vio como la sangre de su esposa le teñía de rojo y se alertó aun más. La criatura de ojos rojos ahora le veía de frente. Era él.

Aterrado, intentó huir de aquel lugar, corrió de la habitación, se acercó a la habitación de su hija pero una escena terrorífica le cubrió el cuerpo. El cuerpo de la pequeña yacía desmembrado en la cama.

Se volvió a ver, en el reflejo de la ventana con aquellos ojos rojos. Corrió de nuevo, esta vez a la salida, sin embargo, resbaló por la cornisa y cayó desde lo alto de la entrada. Su cuello se fracturó.

Entre sus últimos sollozos pudo ver a la entidad de ojos rojos viéndole fijamente. Había cobrado a su última victima.

Por esto es que los rancheros de la zona decían »podrás encontrar el tesoro que aquella acuña, pero nunca más podrás abandonarla». – O al menos eso solían comentar los amigos de mi padre – Indicó Luke

– Es una historia para espantar, nada más. Ya he estado antes en esa casa y no es como le describen – Reaccionó Mark – Vengan, al final de esta colina se encuentra la Mansión –

– No deberían entrar en aquella casa – Les advirtió un viejo que transitaba la zona.

Pero los caminantes simplemente obviaron al señor que alertaba. Caminaron rápidamente mientras un frío comenzaba a abrazarlos.

Pronto chocaron de frente con la inmensa puerta de madera, algo gastada por el tiempo.

El crujir de las oxidadas bisagras les aturdió un poco, pero siguieron hasta poder contemplar la exuberante sala que se alzaba ante ellos.

– Impresionante, ¿eh? – Exclamó el mayor de ellos

– Bien, Josh y Dean vayan para arriba, Luke, ve por la derecha y yo por la izquierda. Nos vemos acá en una hora – Indicó Mark

La parte superior de la casa era aun más impresionante. Un corredor con varias habitaciones, un tragaluz que dejaba entrever la luz de la luna y más al fondo, unas escaleras que demostraban la grandeza de aquel lugar.

Pasos y más pasos mientras se adentraban más al fondo. Un sonido hizo que ambos jóvenes frenaran en seco.

La puerta roja de la esquina se mostraba imponente, decorada de forma distinta a las otras permitía presumir que algo ocultaba detrás de ella. Un nuevo ruido los sacó del trance.

– Okey, tenemos que ver que pasa – Musitó Dean

Josh no estaba seguro de querer ver eso. Se negó rotundamente, pero Dean hizo caso omiso y tomó el picaporte.

A diferencia de la entrada, esta puerta no crujió. Se deslizó suavemente hasta dar paso a dos temerosos chicos.

Dentro de esta no había nada fuera de lo común. Una cama, un par de mesas de noche, una vieja lampara, un espejo y un viejo armario. Pero nada de esto podía causar ruido alguno.

Lo que fuere que ocasionara el ruido, se encontraba tras el armario. Dean intentó abrirla pero esta estaba con llave, lo cual hacía presumir que algo importante estaba detrás.

Luego de revisar cada parte de la habitación Josh da con una pequeña llave que se encuentra bajo la cama.

Se apresuran a abrir la mencionada puerta. Un frío los envuelve de repente y ven como un par de ojos rojos los mira desde dentro.

Una horrible figura los paraliza del miedo. No pueden moverse, o si quiera gritar. La entidad da un primer paso y ambos comienzan a desesperarse, pero sin un solo movimiento.

Luke y Mark llevan rato esperando abajo, pero no hay señales ni de Josh ni de Dean.

– Estos dos hijos de… será mejor que subamos a buscarlos – Gritó Mark

Luke caminó hasta el fondo, subiendo las escaleras mientras que Mark se quedó en esa primera planta verificando las habitaciones.

Llegó a la puerta roja, que se encontraba cerrada, desde adentro. Cuando se disponía a seguir escuchó como le llamaban desde adentro.

Empujó y pateó, hasta que dio con que el hermoso diseño que decoraba la puerta tenía una llave.

Logró entrar a la fría habitación. Ordenada, limpia y cerrada, como si nunca hubieran entrado en ella.

Se acercó al armario, abrió ambas puertas y encontró un vacío inexplicable. Al asomarse un poco más pudo entrever un crucifijo dorado.

Le inspeccionó, y, tal como pensó, era de oro. Siguió indagando sin notar como las puertas se cerraban detrás de él.

Luke caminó un poco más, pero no pudo dar con los muchachos y volvió para ver si Mark había tenido mayor suerte.

La primera puerta que daba de camino era la roja. La abrió y se encontró con la horrible escena. Josh y Dean yacían en el suelo sin vida, cubiertos de sangre y con los rostros desfigurados del miedo.

Ante ellos se alzaba una entidad terrorífica con ojos rojos, un caminante de viejas leyendas que al parecer, era real.

Corrió lo más rápido que pudo, pero solamente logró ocultarse en la primera habitación. Se ocultó tras una pequeña cortina que estaba al lado de la cama.

Escuchaba como, puerta por puerta »aquello» se iba acercando, hasta que escuchó el crujido de la puerta.

La entidad recorrió la habitación, se adentró hasta la parte posterior, oportunidad que aprovechó Luke para salir. Pero los nervios le jugaron en contra y tropezó con una vieja muñeca.

Cayó al suelo estrepitosamente, dándole oportunidad a la entidad para reclamar lo que le correspondía.

En la habitación de la puerta roja Mark se encontraba algo confundido, pero sobretodo, nervioso. Escuchó como algo se acercaba a la habitación y tomó lo primero que consiguió, un martillo.

En su otra mano, la izquierda tenía el crucifijo de oro recién encontrado. Se ocultó en el armario esperando que fuera alguno de los muchachos quien se acercaba. Sintió como los pasos se iban acercando hasta que las puertas se abrieron.

La entidad de ojos rojos se encontraba frente a él. Así que se valió del martillo para golpear y golpear hasta que esta cayera en el suelo.

Esperó a tranquilizarse un poco y dio de frente con el espejo. Una vez se calmó, vio como la entidad de ojos rojos le veía de frente. Así entendió que en realidad, era él.

Dio dos pasos hacia atrás y vio a sus amigos que yacían en el suelo, muertos. El martillo estaba cubierto de sangre y él también.

Había comprendido todo. La casa jugaba con los tiempos. Recordó la primera vez que la visitó. Recordó como había transitado antes el lugar. Entendió que aquella primera vez que entró nunca salió. Sirvió para guiar a sus amigos, para seguir cobrando victimas.

Corrió despavorido intentando huir de aquella. Gritó el nombre de Luke, sin recibir respuesta alguna. Siguió su paso hasta que dio con la primera habitación, la cual tenía la puerta entreabierta.

Se asomó y quedó horrorizado con la escena. Su amigo se encontraba desmembrado en ella.

El miedo le invadió el cuerpo, corrió de allí pero resbaló bajando las escaleras…

Abajo, fracturado y a punto de salir, la entidad de ojos rojos se encontraba frente a él.

Y… el resto de la historia ya la conocen.

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