Como en las películas.

Ya no nos miramos como antes.

Me gusta eso que enseñan en las películas, eso a lo que llaman amor que pocas personas lo aprenden. Es cierto, ahora lo tenemos todo mucho más fácil, bien mascado para facilitar el trago, unos simples mensajes por redes sociales y todo listo para romper la magia.

Hemos dejado de escribir cartas y se han dejado de escuchar sonidos al timbre con alguien detrás de la puerta esperando con una sonrisa, un ramo de flores y un «vente conmigo» en la boca para llevarnos a cualquier parte del mundo con la intención únicamente de poder estar juntos.

Ya no tenemos ilusión por ese primer beso se da por hecho y esa primera caricia por que ya habrán otras. Vemos a esa persona por un red social y pensamos que es real, dejando a un lado la incógnita de cómo será. Que querer es saber y no lo estamos amando.

Ahora denota el miedo al sentir un «te quiero» por negarse al compromiso, queremos libertad y dejamos a un lado esa persona que nos hace volar por pensar que te encontrarás entre rejas. Pero de esa forma apartamos lo más importante.

Todos nosotros somos racionales, algunos más que otros, en nuestro interior se esconde la capacidad de poder querer a alguien, poder demostrárselo día a día mediante la preocupación, la dedicación, la escucha, la atención, la estimación… parece mentira que seamos humanos, siendo peores que los animales.

La vida está para hacerla bonita, para saber tratar a las personas que nos rodean y enamorarnos de eso. Que querer es saber y no lo estamos amando

Estamos acostumbrados; a odiar, a juzgar, a rechazar, a mirar con desprecio… son tantas ya las personas que dejan de ser verdaderas, causantes de ello gente inútil que ha hecho daño apagando sus luces.

Una frase mítica la cual dice que » de los errores se aprende «, para mí es cierta, pero es triste que la única manera de llevar acabo lo aprendido sea mediante el lado negativo.

Deberíamos de empezar a querer como en las películas, dejar de pensar que eso solo son fantasías y hacerlo llegar a nuestra realidad.

Que querer es saber y no lo estamos amando.