Aun busco la sombra fresca en los agostados días del alma, la luz en la noche absoluta de esta ciega negrura, la música imprescindible en medio del silencio total…

Agotada y empeñada en un imposible sueño de aire y agua, rastrero y sublime como casi todo, como apenas nada…

Perdiéndome entre los ojos y el trayecto de las miradas, jugando a confundir con el sortilegio de las poderosas palabras, farsante aspirante a fuego que siempre queda en brasas.

Dame un rayo que me parta, una maldición, o… tal vez nada…

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