Hoy esto no es para usted, esta vez le escribo a sus rosas malditas.
A cada una de ellas, a las de Marzo, Abril, a las de Mayo, pero no a las de Junio.
Ni mucho menos a las de Agosto, esas vestían otros motivos de regalo. Las junté y con ellas formé un círculo lleno de vida e ilusión que usted mismo me quito.
Ardo tanto que les hago daño, con mi diccionario escaso de razón y lleno de temor, se siente la desnudez del alma, alma perdida entre masoquismo intenso e irreal, entre melancolia y la desdicha del no tener más su amor.
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