Una canción de fondo de Smith se escucha por toda la oficina. How Soon Is Now? El aire acondicionado estaba a tope, por el calor del día.

¿Cuál será la idea que escogerá la directiva? Se cuestiona en voz alta en su oficina, el escritorio está lleno de papeles.

— Necesito los informes de la compra de materiales —dijo, Juan, Por el teléfono a la nueva administradora de compras, pues la cotización de los materiales estaba tardando.

La señora Diana, se encontraba sentada y algo estresada por la tardanza de los informes que le llegaban a última hora. Su pierna se movía como una maraca, intentando acelerar el tiempo.

—Por la tarde se la podre entregar —-dijo ella mientras giraba su cabeza devuelta a la computadora.

Juan se detiene a mirar por todos los escritorios y se nota el nivel de preocupación de los trabajadores.

Devuelta en su oficina, se sienta en su escritorio y mira el reloj.

El cronograma de la próxima semana, detallar cada una de las actividades, pero será difícil si no conoce los recursos; dar una correcta explicación de la obra.

Mañana es la tercera reunión sobre la idea de proyectos futuros.

La creación de una nueva sucursal presentaba un reto para el que desea incursionar delante de los jefes, innovar con ideas creativas.

Una oportunidad de oro. Pues, puede lograr que se le reconozca todo su esfuerzo.

De regreso a su silla, observa detenidamente, un cuadro de motivación que le regaló su mejor amigo estaba junto al reloj, que tenía grabado la frase:

<< Trabaja duro y deja que tu éxito haga todo el ruido>>

Antonio, se lo obsequio el día que lo ascendieron, ese día se fueron de fiesta y charlaron por horas, en el bar victoria, famoso por sus tragos artesanales.

Al frente tenía un gran reloj de color blanco y una ventana que le permitía ver el gran banco «Haltor Bank», un gran edificio que tenía un diseño majestuoso.

Su celular suena y entra la llamada de Susana*

— Hola, Susana.

— Almorzaremos junto como siempre, mira que es miércoles y hay platos sorpresa. Hoy tengo ganas de algo exótica. Ya tengo todo listo para el sábado.

— Estoy algo atrasado, pero, no podré continuar hasta después de la tarde. Tener que él depender de los demás es algo impotente. Bien nos vemos en el restaurante —Dijo Juan.

—¡Perfecto! vamos a encontrarnos en la cafetería habitual —Susana, tiene el rostro alegre por la boda que se aproximaba.

— Claro, voy saliendo para allá —Juan, empezó a tomar su saco.

— Debo decirte algo que te encantara, amor.

—¿Ya compraste los regalos para la boda de tu hermana?

—Sí, pero, no es eso…

—Bien, nos vemos en la cafetería — Juan tomó su billetera y puso la alarma del celular a las cinco de la tarde hora en la que asumió deberían estar listos todo.

CAPÍTULO 2 (El mar)

Las grandes olas chocando con las piedras producían un sonido en la cabeza y su color azul adornaban el fondo del restaurante. Una pintura de UKIYO-E en grande.

Ese caos era una representación del estado de ánimo de Juan.

El agua color azul y las espumas sobre estas, golpeando con fuerza la vida.

— Se llama «La gran ola de Kanagawa». —dijo, Susana.

— Es hermoso ese cuadro, me encanta la forma como remodelaron el lugar—dijo Juan, estando de pie frente al cuadro.

En el fondo se escucha *shakuhachi, brindando un nivel de elegancia al restaurante.

— Es hermoso ese cuadro, me encanta la forma como remodelaron el lugar Sabes que estás estresado porque eres un caprichoso, mi padre te puede ayudar con un mejor puesto en su empresa. No lo digo para que volvamos a discutir, es solo que me duele verte tan preocupado.

Susana tomo el menú y empezó a leerlo para distraerse, y relajara un poco lo que acababa de soltar.

—Lo sé —dijo, Juan.

—¡Te quiero y te quiero ver bien!

— Me esforcé tanto para tener este empleo, pero, las presiones me están superando. —Juan, miró a la pareja con niños que comían junto a él, una niña asiática lo miraba y sonreía.

Se acerca la camarera a solicitar la orden, anota en su cuaderno y se retira.

— En la boda de mi hermana hablaré con mi padre para ver si te puede conseguir un puesto en un alto cargo. —Susana tomó su mano tratando de disuadirlo.

— Aún no déjame intentar pasar este trago amargo con más calma, el que próximamente esté la presentación me tiene mal. Además, quiero demostrar a tu padre que puedo salir adelante.

—Lo sé No tienes nada que demostrar, mi padre respeta mucho tus decisiones —miró a Juan tratando de buscar un porqué a todo esto—Es solo que últimamente solo nos vemos en el almuerzo, trabajas hasta tarde y eso me preocupa.

— Ya te dije que solo es temporal —dijo, Juan.

— No te molestes, es solo que me preocupas. —Ella un dio su rostro en el celular.

— Y Disculpa. ¡Te quiero! te lo recompensare, ya verás. a te dije que solo es temporal

— No te molestes, es solo que me preocupas. —Ella un dio su rostro en el celular.

— Todo está listo para la boda de Melissa, vendrán viejas amigas, será fabuloso. Ya está listo mi vestido. No puedo creer que mi hermana menor se case primero que yo.

— Ya te dije que solo es temporal —Juan volvió a mirar el cuadro que vio al entrar.

Ya verás la boda será una gran celebración. Será un rato para olvidar estas olas de estrés que nos atacan. La ola de la vida siempre va y vuelven, lo importante es permanecer sin alterarnos, no vayamos a perder el rumbo que planeamos.

Capitulo 3 boda

—Ustedes son afortunados—tocando el hombro de John—ya tiene la vida hecha.

Julián miró a juan y John sonriendo.

—Sabes, me siento correcto, es decir sé que es la indicada—Su mirada estaba llena de ilusiones y se asomaban lágrimas de felicidad.

Gira y mira a Juan, como cuestionando y buscando palabras de apoyo.

—Somos afortunados—un suspiro sale de sus labios y sumerge el vino en su vientre.

Una débil melodía flotaba en el aire, el Creo en ti-Reik.

El camarero se acerca y cambian de copa.

—Si todos los invitados firman una sociedad, creo que controlarían el país. — Dijo, John con su mal gusto por los chistes.

Los invitados jugaban con sus copas, las fotos se tomaban por todas partes, el césped verde preparado con un mes de anticipación y el adorno de rosas y claveles de la mesa.

Con una copa frágil y llena de vino ‘caro’.

Susana viene de la mano con una chica.

Su cabello de color castaño se mecía de lado a lado, llevaba un vestido de color azul. Los tres chicos se fijaron en ella, la acompañante de Susana.

—Hola, les presento a marta—Susana dice esto y le da un pequeño empujón a la chica.

Una mancha roja se dibuja en la ropa de Juan, la copa se estaba derramando, pero, él está atraído por los ojos chocolates de la chica.

—¿Estás bien, cariño? —Susana lo mueve.

—Claro—gira la cabeza y mira a Julián.

—Te estás manchando—Julián, señala la mancha roja. El desperdicio de un buen vino.

—¡Vaya! —su cara se sonroja—iré al baño, ya vuelvo—gira y camina hacia dentro de la casa.

Pasando al lado del dulce de cinco pisos diseñados por Hernández y Hernández

Su rostro entre se mostraba confuso.

—¡Juan! —Grita un hombre a lo lejos.

Es el señor Michel, su suegro.

—hombre, ¿A dónde vas? —Le dice el suegro, llamándolo para presentarlos ante otros socios de negocios.

El rostro de Juan se notaba incómodo con la invitación, y sólo le quedaba tragarse esa emoción y sonreír para los otros. Como un mono de circo que si no ríe no come.

—Trata de no hacer el ridículo —Le dice el suegro, mientras lo abraza —miren este en el afortunado dueño del amor de mi pequeña flor.

Los dos hombres vestían de Armani y llevaban relojes valorados en millones.

Parecían los típicos jefes molestos de la oficina. Los que piensan que sus empleados son pobres porque son estúpidos.

**Actualmente estoy escribiendo esta parte, disculpa**

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