Ojos cafés tan profundos como mi alma,

Tan oscuros como mi mente,

Pero brillosos; tanto, como las noches estrelladas que contemplo para acordarme de ellos,

Eres sol cuando yo solo suelo ser lluvia. Una tormenta fría y agitada,

Eres ola en mi arena blanca y lisa,

Tan libre, sin querer aprisionarme y yo solo deseando que me sostengas en tus brazos, solo en los tuyos,

Tú tan madrugada serena y yo, tan naranja atardecer apresurado,

Cuando ya no quieras volver, no haré preguntas,

Te respiraré en el viento; te recordaré como primavera; en tardes amarillas como la cerveza, como yellow de Coldplay, en medio de sonrisas y cigarros.

Seré hojas de otoño, cayéndose una por una, hasta quedar solo con ramas secas, bajo un cielo despejado y en tensa calma.

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