Óleo sobre lienzo Pigmalión y Galatea (1890) de Jean-Léon Gérôme
The Metropolitan Museum of Art. New York
PIGMALIÓN (Microrrelato)
Culminada su creación, después de noches de desvelo, sintió el orgullo instalado en su pecho. A la mañana siguiente, tomaría el manuscrito, lo empacaría con esmero y lo enviaría al editor.
Sopesó su decisión. Vislumbró la probabilidad que otro hombre fijara su mirada escrutadora y lasciva sobre su obra, ¿la admiraría?
Quizás, no compartiría sus posibles defectos, ¿la mutilaría?
No, no podía permitir tal infamia.
Una mezcla extraña de compasión y paroxismo febril le invadió. Abrazó con fruición su novela recién terminada. La acomodó con ternura al costado derecho de su cama, y le prometió con fervor que nunca la publicaría.
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