Descendente Ascendecia

Descendente Ascendecia

Xxeis Twice

18/01/2019

Despierto de un infinito luminoso. Estoy lleno de tierra, demasiado adolorido y sucio, recostado en el fondo de lo que parece ser una fosa profunda, no puedo ver mucho, mi vista está nublada y está muy oscuro. La oscuridad podría ser absoluta si no fuera por aquel agujero que está en las alturas. De un momento a otro me elevo hacia la luz, la tierra en mis ropas comienza a desprenderse y volver a aquel túnel vertical. El dolor desaparece progresivamente y mi vista se ha puesto fina otra vez. Llego al borde del agujero y salgo hacia el exterior. Estoy de pie en el borde, un poco desequilibrado en un principio, luego respiro profundo y miro a todos los presentes. Mi padre retrocede a su puesto y se tranquiliza. Doy unas palabras: “Lo siento y Gracias” y me quedo en silencio, mientras todos los que aún no se han ido me miran fijamente y luego, uno a uno, comienzan a llorar en sus pañuelos, negros como la fosa, oscuros. Camino fuera del lugar, me dirijo hacia el baño de hombres. Cierro la puerta con el seguro y comienzo a lavarme la cara en el lavamanos. Mi rostro se seca, pero mis ojos y nariz están demasiado húmedas, a causa de las lágrimas. Me siento en el retrete, solo me siento, mientras lloro como un niño recién nacido, un llanto sincero, involuntario, explosivo. Me calmo mientras saco una foto de él. El Ale en esa foto está sonriendo, en la foto también estoy sonriendo, acompaño ambas sonrisas con una propia, como aceptando la carencia y el amor incondicional que nunca perdí. Mis ojos se secan, guardo la foto y tomo un poco de agua para salir del baño, le quito el seguro a la puerta y camino hacia dónde están todos. No me acerco demasiado, me mantengo atrás, con un nudo en la garganta, intentando armonizar con todos. Por eso me quedo lejos, podría alterar aún más el escenario. Algunos se me acercan desde mis espaldas y me dan palmadas de consuelo. Caminan hacia allá, dónde todos sollozan. Me mantengo lejos lo que más puedo, porque quizás es uno de los peores días de mi vida y lo único que quiero es estar con él en nuestra casa, donde el auto ya no está, y todo está tan desordenado como aquel día.

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