Te quiero reconstruida, agrietada,

rota, casi a punto de deshacerte.

Porque lo has aprendido y te ha dolido hasta el alma.

Te quiero con media sonrisa y la otra mitad con un hueco

a punto de desmoronarse,

no es que te quiera a medias, es que has perdido lo que no necesitas,

por eso te quiero, entre dolor, entre odio, entre olvido,

te quiero porque has resistido y difícilmente volverás a ser vulnerable.

Te quiero con la soledad que cargas de labial, con las lágrimas de rímel

y la indiferencia que bebes en licor.

Te quiero de tal manera en el peor momento de tu rebuscado universo;

te quiero caótica, infame, poco sensible y en ruinas.

Te quiero con o sin mascara, ocultando la osadía.

Te quiero para compartir tu tempestad con mi indeleble

y aventurero deseo de quererte.

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