Que se le puede decir a un sordo para que diga lo que siente,

A un mudo para que se exprese,

A un ciego para que cuente que se siente no ver,

A un corazón roto para que vuelva a renacer,

A alguien que llega revuelve mi vida que crea recuerdos memorias y luego sin más se marcha, desaparece, abandona todo, me deja ¡qué hago! Creando mentiras, mintiendo a la realidad, tras aquellas ventanas a las cuales les faltaban pedacitos por los cuales entraba el frio a este yerto corazón, el calor que abandona tu cuerpo, mi corazón pausado se ahoga entre mis brazos, cegado por la ira que irradian tus palabras.

¡cuéntame! ¿de verdad te has ido? ¿en dónde te encuentras?

¿Por qué no vienes y me ayudas?

Quiero poderme sentar, recostar mi cabeza en tus piernas, dejar ir todo, extraño esos brazos tuyos tan cálidos que mis lágrimas salían solo para encontrasen en tu pecho, quebrada en algún lugar ansió tu regreso, más sé que no volverás, lanzo un suspiro mientras las lágrimas brotan.

¡Dios cuando me la devuelves!

¿acaso soy yo quien se tiene que marchar?

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