Amiga, dulce confidente, que me mira en las noches sin luna, que vaga en silencio cuando a tu lado me encuentro, que me susurra mil poemas, palabras de tristeza, ella, que es capaz de hacerme sentir amada, que borra y llena poco a poco este vacío, que me comparte pedacitos de desdicha, tan largo es el camino que me espera, ella por la cual daría mi firmeza, aquella que me hace dudar de todo aquello que siento, ella que me evita el dolor, sembrándome entre espinas desgarra mis mentiras, ella que me hace llorar, ella que me sonríe en las tardes friolentas.

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