Soy luciérnaga olvidada, la cual ya brillo con todas sus ganas, esa luz en la distancia la cual titila fuertemente antes de desaparecer, mi luz se apaga sin dejar nada, pero no es un problema se ver en la oscuridad, la luz gris de la luna me rodea mientras me da un gentil y helado abrazo, pienso que será de mi cuando me pierda en el camino ¿y si… el frio me vuelve apática? ¿y si… me acostumbro a perder? ¿en que podría creer? ¿Qué me podría salvar?

Ya no hay lagrimas corriendo al atardecer, ahora ya no suelo perder la guerra noche a noche conmigo y contra mí.

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