Al mirar por la ventana veo cantar un pajarillo que al marcharse deja un vacío en mi pecho, ojalá le hubiese sonreído tal vez se hubiese quedado, pero eso ya no es posible, en la ventana, alejada de su pecho veo pasar el tiempo, como si mi amor le persiguiese, que lindo pajarito, de mí él se va a olvidar y de la mano de otra pronto volara, que amargo este suspiro cuando le veo marchar, egoísta deseo, a mi lado el no esperara, el aquí no quiere estar.

Desde mi mesa dulcemente le sonrió, mientras mi pecho arde y mi anhelo pierde el consuelo, triste vana ilusión vivida donde hay que despertar y con lágrimas en los ojos hay que aprender a aceptar, le deseo sea feliz no puedo ser jaula para su libertad y tampoco luz en su oscuridad.

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