Que necesito para poder respirar, que es aquello que al borde de vacío espero me salve, si al abrir los ojos en la madrugada, pensar… ojalá este fuera mi último recuerdo, si de andar de depresión en depresión me salieron las más lindas frases, mírame… se capaz de escucharme, de prestar atención a lo que digo, sin interrumpirme a cada instante, al pasar los días corriendo, sin esperar de la suerte.

Al sentir la amargura tensa de la vida, la cúspide de miseria, de paciencia ahogada, de misericordia abandonada, cuando los medicamentos no ayudan, las lágrimas ahora carecen de sentido, las mentiras ya nadie cree, entonces, porque los humanos siguen aferrándose a la vida, si solo es tormento pausado, esperando soltar todo su esplendor y destrozarlo todo.

Dame una de esas pastillas, esas que te permiten vivir tranquilamente en esta hipocresía, que te ayudan a respirar este aire negro y a exhalar palabras que tratan de tragarme entera.

Dame una por favor, esas que me calman, que adormecen mis ganas de destruirlo todo, el alcohol ya no las calma, quiero quemarlo todo, reír frente a esas ganas de vivir que tienen todos, por qué no morir, porqué fingir ser feliz.

Olvide quien soy, olvide la ruta por la cual eh venido, estoy cansada de tantas cosas, estoy harta de todo, de este mundo,

Por ahora qué tal si me obsequias un poco de anestesia.

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