Lamentos de un egoísta.

Lamentos de un egoísta.

Alejandro López

26/11/2018

La absurdez de tener que sonreír hasta el agobio, inventar lamentos descarados

Y fingir que no duelen los señalamientos frágiles a un bohemio resiliente.

Aguantar el dolor novelesco que producen las ganas de maldecir el hecho de ser un superfluo.

Porque me ha tocado ser un sin raíces y verle el lado gracioso a tener que conectar a mis amores con sus amores y seguir desapercibido en medio de muecas melancólicas.

¿Por qué te sentaste en el enchambranado a elegir mejores Horizontes? Si ya eran pocas las cosas que no alcance a prometerte, y ahora sin que lo pretendas me obligas a ser feliz por tu nueva ataraxia.


La cerveza tibia sobre la mesa, Y en sus ojos miel el oriente de las perlas.

Pasando el dedo por el pico de la botella, leí en braille los últimos párrafos de una conversación signada; Que ya no habría amaneceres tan tristes ni atardeceres tan grises como los continuos al último valse en cóngolo.

Duele la necrosis creada fruto de aquella cobardía que te hizo perder todo menos el miedo.

Duele al recordar Cuando entre humaradas propias visitamos juntos los castillos flotantes en Timbiquí y lamenté en aquel deseo la cúspide de nuestras sonrisas.

Pero duele más saber que ni dándolo todo fue suficiente.


Es quizás la cuarta vez que te robas mis letras, ahora pondré fin a mi limerencia

Serán entonces el desenlace de lo que dije que sería, pero no la última vez que te escriba poesía.

De una persona increíble, a una muy bonita… te desearé el mejor de los amores y pediré para que nos bendigan los rencores.

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