¿QUIÉN ES EL DUEÑO?

¿QUIÉN ES EL DUEÑO?

Briam Segura

25/11/2018

Muy pronto lo sabremos, pero de momento continúa la pregunta, ¿Quién es el dueño de esta arena? ¿Quién es el dueño de este mar? ¿Quién es el dueño de este río, de estos árboles, de este pedazo de tierra? La respuesta es cómoda; sí, ciertas personas, hombres como tú y como yo, que duermen, se alimentan, se fatigan, lloran, sienten… es decir, que nada nos diferencia de ellos. Sin embargo, estos hombres crearon una ideología infalible para mantener su condición de dueños, de propietarios de este planeta, de amos de la dormida sociedad, es decir, de nosotros.

Sí, lo sé, es increíble y esta declaración incita a nuevas preguntas, ¿Cómo lo hacen? ¿Cómo logran que aceptemos que ellos se nombren a sí mismos dueños y señores de la tierra y su riqueza natural? Esta respuesta también es cómoda. Al principio se lograba con la fuerza, el más fuerte esclavizaba y se apoderaba del mundo del más débil, igual que en el mundo de hoy donde el más fuerte continúa apoderándose del más débil gracias a la fuerza, no obstante, hay un pequeño cambio; que la fuerza ya no es física porque hoy es un sistema, una ideología, una irrealidad llamada dinero.

Sí, llamar espejismo al dinero es una declaración contraproducente que atenta contra el pensamiento de que el dinero lo compra todo, sin embargo, nuestra parte más que humana sospecha cada día de aquel acto; de cómo un pedazo de imaginación, que no vale más que la vida, tenga poder para comprar hectáreas de tierra, de bosques vírgenes, de mares incalculables; decisión para comprar metros cúbicos de nuestro aire, nuestro tiempo, nuestro cuerpo e incluso nuestra alma, ¿el dinero puede comprar nuestra alma? Sí, y es muy fácil gracias a las ideologías que construyen la realidad social, como la teoría del éxito, el camino de la vida, el contexto del amor, la defensa de la identidad y todas aquellas derivaciones.

Ideologías que nacen cuando se crea un contexto en torno a ellas; un contexto que se disfraza de información cognitiva y que luego se transmite a la sociedad; se implanta como idea para que germine en forma de personalidad. Todos sabemos que la personalidad determina los comportamientos y que estos, al repetirse a diario, se convierten en hábitos, en experiencia, en recuerdos, en vida, en nuestra realidad.

Así es como llegamos a este momento, al de amos y sumisos, al de gobernantes y pueblo, porque aquellas ideologías han sido asimiladas por millones de personas. Y una vez que una ideología forma parte de la conciencia colectiva sintonizada el ser humano jamás podrá escapar de ella porque se convierte en su realidad, en su identidad, en su yo; soy yo, el sistema soy yo y yo no puedo atacarme a mí mismo.

Fue así como aceptamos primero que la arena, los ríos, los árboles, un pedazo de tierra y nosotros como personas, que todo se pudiera comprar con un sistema ficticio. Fue así como aceptamos que nos gobiernen personas como nosotros, de carne y hueso, como si esto fuera una característica intrínseca de la creación.

Fue así como aceptamos organismos que crean leyes que protegen la mentira del dinero para comprar la verdad de la vida, como hectáreas de tierra que nos pertenecen a todos.

Es así como aceptamos que la vida debe ser una lucha; que las demás personas son oponentes; que el único propósito es consumir y consumir; que la pobreza es natural y la riqueza un mérito del esfuerzo; que la maldad es irrevocable; que no existe una alternativa mejor, un mejor sistema mejor; y que no importa lo que hagamos porque al final nadie puede hacer nada por construir una mejor humanidad, sobre todo esto, creemos que no podemos hacer, aunque esto también se debe a que aceptamos la mayor ideología de todas, la del miedo.

Es cierto, se requiere de valentía para preguntarse de nuevo, ¿Quién es el dueño de esta arena, de esta tierra, de este río, de las minas, de la educación, de la salud, de los minerales, del oro, del aire, de los bosques, de las telas, de los animales, de los alimentos…? ¿Quién es el dueño? Como siempre, la verdad es más fácil de lo que se espera y quizás más difícil de creer, porque es la verdad; cada una de las más de siete mil millones de personas que viven en este planeta son las dueñas de todo, no un grupo de personas.

Nos llegó la hora de entender que la realidad social es creada desde arriba para mantener el sistema tal cual, con gobernantes y gobernados afligidos; las conductas, los pensamientos, las enfermedades mentales y físicas, las creencias; todo es creado por la mano del hombre dictador.

Nos llegó la hora de evolucionar, de llevar nuestros pensamientos a la verdad, de hacer respetar nuestra voz, de tomar nuestra libertad y de dar el paso a un nuevo orden social donde tengamos la libertad de seguir siendo humanos sin ser inhumanos.

Es hora de entender que sí necesitamos administradores en nuestras naciones, pero no dueños ambiciosos y podridos en la trampa de los números. Es hora de entender que las decisiones que se toman cada día no pertenecen a un grupo político; nos pertenecen a todos en igual medida.

Es hora de entender que el poder es la ideología más fuerte de todas; que el poder existe porque lo hemos permitido; que el poder nos somete cada día porque lo hemos aceptado.

Es hora de despertar porque el dueño de todo lo que ves, de todo lo que escuchas, de todo lo que hueles, de todo lo que saboreas, de todo lo que sientes, eres tú, únicamente tú.

Entonces, ¿por qué tanto miedo?

Solo debes recordar quién es el dueño.

Por Briam Segura… Y el NoticieroDespertar

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