UN MAL DÍA

En el ocaso laboral

de una vida rutinaria

-en la que aposté por cobrar-

en lugar de disfrutar

pintando o, haciendo el «indio».

Pienso si acerté

o, cuando menos sirvió

para dar satisfacción,

a mi mujer y mis hijos.

Para aliviar sus heridas

darles comida y cobijo,

para fundar un hogar

y suavizar sus camino.

Hoy he tenido un mal día

y me siento torpe y triste,

no me encuentro realizado

y encuentro mi vida muy simple.

¡Pobre mortal!

Que pecando de soberbia

no sabes analizar

que, tu simpleza y rutina

forma parte de esa espiga,

cuyo fruto es nuestro pan.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS