MIRANDO AL CIELO

Con la espalda apoyada

sobre la húmeda hierba

observo el limpio cielo,

quien con su azul turquesa de fondo

y ese gris nebuloso

que marca la lejanía,

bien pudiera ser la cara

de ese alma, tuya o mía

que nadie ha visto

y todos creemos tener.

Y puestos a creer o, imaginar al menos

pienso que esas nubes

de figuras caprichosas

que se mueven con el viento,

son las distintas fases

o, puntuales momentos

de nuestra azarosa vida.

Y al igual que esas nubes

de algodón blanco y suave

se agrupan o descomponen

se entrecortan o se alinean,

nuestra vida miserable

se torna a veces hermosa,

cambiando el llanto por risa

el pesar por esperanza

el viento por suave brisa,

dibujando una sonrisa

en mi alma acongojada,

al ver que la negra noche

lentamente se disipa

con la calidad luz del alba.

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