Quiero encontrarte

Quiero encontrarte

lucia rivero

10/11/2018

Me quiero quedar congelada en tu alma, quiero hacer de mi hogar tu cuerpo, quedarme en tus venas y fluir con tu sangre, tan espesa y amarga.
Quiero llegar hasta el centro de tu inesperada voz y arder, arder como nunca lo hice antes, arder; solo para vos.
Quiero desearte como se desea la primavera en pleno invierno, como se desea volver a lo que nunca dejaste de amar, como quiero volver a estar a tu lado. Quiero que tu alma descanse en mis brazos, acariciar tu pelo y enloquecer con vos, que me vuelvas a besar como nunca lo hiciste, que me toques cuando menos lo espero y sientas que ahora vamos bien.
Quiero encontrarte, cerca mío, con tu brazo rodeando mi cintura al dormir, con tu boca a centímetros de la mía y tu mirada en mis ojos. Quiero abrazarte, tocarte y besar cada parte de tu inquieto ser, quiero que seas de palabras claras y sencillas, que me hagas temblar con cada susurro y que no se sienta mal sentir así. Quiero recostarme en tu pecho y escuchar tu corazón latir, con fuerza y desdén, que me mires a los ojos en cada «te amo» y que no me sueltes la mano a la primera oportunidad. Que sepas escucharme y entenderme; porque soy un caso sin resolver, una novela a la mitad y con un final no tan encantador, soy de pedir perdón por todo y gracias sin fijarme en nada más. Soy arisca y a veces odiosa, no puedo quedarme en un lugar, tengo la mente en todos lados a los que quisimos visitar, en todos los besos que nos dimos y en tus abrazos que no se olvidan. Tengo la mirada perdida en el primer dia que te conocí, te vi a lo lejos y mi cuerpo quiso temblar, fue el primer beso y no quería que termine, no tenía la certeza de amarte, pero hoy aun asi lo hago, sin nada más, sigo enamorada de los días que pase a tu lado, de las caricias a la madrugada y de las charlas antes de dormir. Sigo enamorada de tus pupilas que me veían al despertar, de mi mano junto a la tuya, de tu risa que alumbraba toda la oscuridad que había en mi, de tu nariz que chocaba con la mía en cada beso, de esos que no eran nada lentos ni tranquilos, de tus labios, que se esparcen por cada parte de mi, desde mi alma hasta la punta de mis pies.

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