VOLVERTE A VER

Era una tarde fría, Hanna salia de clases 9 pm, era hora de la esperada cita que horas antes Andrés había propuesto con tal entusiasmo que prometía hacer de ese corto tiempo, el mejor. Hanna tuvo la suerte de que minutos antes de las 7, hora de su segunda clase, el profesor lo cancelara. Aprovechó el tiempo para ir a cenar con sus amigas, fueron a un restaurante frente a la Av. Larco. Típico de los estudiantes, rajar de los profesores y compañeros de clase, ese día comimos y reímos hasta el cansancio. Hanna, no podía concentrarse mucho en la reunión que estaba teniendo, hecho que sus amigas se dieron cuenta.

-Hanna, todo bien? Por qué tan nerviosa, eh !

– Sí, todo bien. – sonrió.

-No me convence, va a venir Romeo?- se refería al compañero de clase con el que solían fastidiarla.

– No. Es el… Olvídalo. Un pie de Limon, por favor! – cambió de conversación y pidió la orden al mesero.

– A su orden señorita. -respondió.

– Entonces no nos vas a contar, pero no cabe duda que eso huele a cita, verdad chicas ? – preguntó como la cabeza del grupo que invita al brindis. Todas sonrieron con sus ridículas frases » buena Hanna», «que diga quién es», » es un crush», » que venga», «wuuu».

La situación ya se había puesto demasiado incómoda y tuve la suerte de que ya eran casi las 9. No tardó en llegar el mensaje de Andrés.

|»Ya estoy en camino, Hanna. Ve subiendo por el casino la hacienda.»|

Pidió la cuenta al mesero y seguidamente se despidió de sus amigas quienes le deseaban «suerte», de hecho lo iba a necesitar, estaba muy nerviosa, habían pasado meses de la última vez que se hablaron, volver a verlo iba a ser complicado, tenía muchas cosas por decir, observar, preguntar, saber, sentir etc etc. Ese día da la casualidad que había ido a la uni en skate, era incómodo andar cargándolo, pero no me quedaba de otra.

Me encaminé por la Av. Larco en dirección a 28 de julio y Andrés iba al encuentro, en cuestion de minutos estaban solo a metros de distancia. Hanna caminaba nerviosa y emocionada por verlo, pensando en como estaría, que sería lo primero que debería decir etc etc. Interrumpió su móvil, era Andrés.

– Hola Hanna!, por dónde estás ?

– Hola, sigo subiendo. Tienes planeado llevarme hasta tu trabajo o que ? – respondió, convencida de que no podía dejarse notar nerviosa y tampoco emociona. Tenía que tenerlo todo controlado.

– No, ya estoy cerca, me ves? Estás de shorts jean y camisa a cuadros?

– Si…? ( Donde carajo estás. Se preguntó). Estás en un bar o metido en algún lugar?

– No, estoy cerca tuyo. – empezo a dar vuelta con la mirada observando cada persona a mi alrededor, hasta que lo ví, venía con el móvil en el oído, un pequeño morral tirando de su brazo, vestía de terno elegante.

– Ok, te…vi…. – dije lentamente mientras veía a Andrés acercarse en dirección a ella.

Ambos se saludaron con un cálido abrazo e iban hablando cosas de arte.

Puso en manos de Hanna, el lugar donde se sienta más cómoda platicar. Ella eligió su mejor lugar, el malecón, amaba estar frente al mar.

Dirigió el camino hasta el malecón del Larcomar y se sentó cómodamente a observar el lugar. Él era un fanático de Morrissey y estábamos cerca del hotel donde se hospedó el famoso cantante, hace unos años atrás. Era un buen tema de conversación. La pregunta era obvia pero servía para bajar un poco la tensión.

– Sabías que en este hotel se hospedó Morrissey? Y también Coldplay – pregunté mientras observaba contemplando dicho lugar y todo el entorno.

-Sí, de hecho yo vine en ese entonces a pedir un autógrafo. No lo conseguí. – ella sonrió.

Ya habíamos pasado el primer obstáculo, bajar la tensión.

Entonces se acercó a abrazarla cómo si tuvieras un regalo que llevabas tiempo buscándolo y añoras al encontrarlo y preguntó entre susurros.

– Me extrañaste? – tragué un poco de saliba antes de responder esa pregunta. Mierda!. Podía seguir negandolo o cambiarle de tema o de una jodida vez decirle la verdad, pero no podía! O sí?. Joder!.

Ella con un gran esfuerzo dijo:

-Tú qué crees? – me sentí como un corderito acorralado, destrotegido, totalmente vulnerable, regocijada en sus brazos.

-Sé lo que creo pero quiero escucharlo de ti, de tus labios. – respondió.

La ptmr !en principios era conciente que esto iba a ser tipo un juego, el pescador y el pescado. Y hasta el momento ya estaba claro que ella era el pescado. Qué difícil jajaja. Joder!. Lo aceptó, aceptó haber perdido esta vez pero la siguiente iba a ser ella la pescadora, ya lo verás Andrés!, Se dijo a si misma.

Una vez más ella inhaló, tomó aire y dijo:

-Pues… sí (tímidamente). Y tú, preguntó seguidamente.

Fueron segundos después de su respuesta sin antes terminar mi pregunta para que él pegara sus labios junto al de ella en medio de un abrazo que sostenía todo su cuerpo con tal fuerza que se sentían uno solo, un solo cuerpo, un solo corazón.

Entonces ella pudo comprobar que se había enamorado jodidamente, habían pasado siete meses y aún lo quería incluso más que antes. Por primera vez pudo sincerarse, abrir su corazón y mostrarse sin miedo.

Después de esos momentos caminaron en medio de una noche fría entre risas y pláticas interesantes.

No estaba en sus planes enamorarse, almenos eso es lo que creo que sintió. Fueron más de un año de aventuras lleno de alegrías, tristezas, decepciones, llanto, amor, etc y la historia continúa, aveces piensa que tal vez no tenga final…

Joder, no podía estar pasándome esto, me repetía una y otra vez camino a casa.

Los minutos en el paradero fueron tan cortos; jugábamos entre risas mientras esperabamos el bus que me llevaría a casa, y tenía que despedirme de él.

La cita había salido mejor de lo que esperaba. Esa noche Andrés pedía más tiempo pero Hanna tenía una gran responsabilidad con sus estudios y por más que lo quería, no podía arriesgar todo por él.

Llegué a casa cargada de emociones, volví a tener un estupendo día después de mucho tiempo, eso era…genial!.

170518

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