Hemos colgado cientos de miradas en el closet.
Entre la ropa que se apegó a nuestro mutuo olor
Me perdí por siempre entre los dedos que llenaron nuestras copas
De pieles intocables y tragos de invisible amor.
Mis bloques de hielo del invierno
Se derriten en un lago etílico de impaciencia
Espero aún guardes en tu consciencia
Mis cartas para antes de ir a dormir.
Domingo dormido, alimentándose de nostalgia
Ahora más que nunca, mi columna se desplaza
Al cajón del silencio, de donde no puede salir.
Y es que fuimos amantes poéticos y desterrados
Hijos de la noche y la luna, adoptados
Sin misericordia para despertar
Presencias eternas nos rodearán para siempre el corazón.
Y he temido tanto por la fría mañana insípida
Estando afuera, y tan lejos de tu cuerpo inconsciente
Más sigo creyendo que tienes en tus manos ausentes
Todavía enmarcadas las mías.
Me rehúso a pensar que he perdido el camino
Que la luz de las lámparas rojas se apagó.
Y que hemos pasado tanto tiempo dormidos
& nuestros sueños desaparecieron en el resplandor.
Eterno domingo dolido, en el pecho
en tus ojos crece un tumor
Y las camas vacías nos desprecian
Más yo me aferro al último rayo de sol.
Domingo dormido, embriagándose con elegancia
& ahora más que nunca, mis brazos tratan y no alcanzan
A abrir este cajón del silencio
De donde nunca se puede salir.
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