LA BELLA MARY

LA BELLA MARY

angel jesus

27/01/2017

LA BELLA MARY

Trabajaba yo en una fábrica de camisas, a mi alrededor habían cantidad de mujeres: bellas y feas, jóvenes y viejas.

En verdad que entre mi preferencia, joven y bella habían varias, pero no hallaba cual escoger; le tiraba flores a todas ellas, no mostraba preferencia por ninguna.

Inesperadamente llegó allí a trabajar en una de las máquinas una bella morena, de mediano tamaño, cuerpo perfecto, juraría que tenía las medidas perfectas de 90-60-90, senos medianos duros y parados pelo negro hasta la nuca, de bellas facciones, ojos embrujadores de color negro intenso.

Al principio ella no me hizo caso ni a ninguno de los que allí laborábamos, 4 en total. Ya que era nueva todos queríamos conquistarla. Yo opté por no enamorarla, sino ganarme su amistad y hablaba mucho con ella.

Para trabajar se ponía una bata gris, abierta al frente con unos botones y sin más nada que su ropa interior abajo. Cuando se sentaba se le veía todo y esto nos tenía trastornados.

En una de mis charlas con ella me preguntó si yo iba a fiestas, le dije que sí y me invitó a su matrimonio por los lados de Catia. Fui y estuve allí hasta el amanecer, ella se fue con su marido y yo a mi casa.

El lunes ella fue a trabajar normalmente y hablamos como siempre. Fue pasando algún tiempo y me fui dando cuenta que gustaba de mí,aun cuando estaba recién casada.

En una oportunidad me dijo:

-Quisiera saltar ese banco y caer encima de ti.

Era que entre ella y yo había un banco de sentarse y ella me dijo eso.

En otra ocasión entró a la fábrica una bella joven y le dije a ella:

-Esa muchacha es bien bonita.

A Mary no le gustó mi comentario y contestó:

-Tú eres bien desgraciado.

Por algunas cosas más que me dijo me animé a invitarla a salir y quedamos de vernos en la Plaza Andrés Bello de la avenida del mismo nombre un sábado a las 4 de la tarde.

Ese día y a esa hora estaba yo sentado en la mencionada plaza en un banco de los que allí habían y a las 4 en punto llegó ella. Venía con unos pantalones grises muy ceñidos al cuerpo que le quedaban de maravilla, resaltando de bella manera sus sugestivas formas, una blusita blanca sencilla y unos zapatos negros. Su pelo negro lo traía en cascada por su espalda.

Se me sentó al lado después de saludarme, hablamos un rato y luego tomamos una camioneta que nos dejó en la Plaza Candelaria, allí nos bajamos y comenzamos a caminar buscando un sitio tranquilo donde tomarnos unas cervezas y charlar.

Fuimos a una cervecería llamada Los Caracoles en la Plaza Candelaria y nos bebimos 4 cervezas, pero el lugar no era muy íntimo, habían muchas familias y nos fuimos de allí.

Caminamos y subimos por la avenida Urdaneta cerca del elevado y conseguimos algo de nuestro agrado, una cervecería llamada La Cueva, que ahora no existe, era oscura, con mesas para parejas y nadie nos veía.

Nos sentamos en sillas en una mesa y quedamos frente a frente, estuvimos hablando y poco a poco me fui acercando a ella, luego se resbaló en su asiento y yo me incliné y cuando vine a ver la estaba besando en la boca, ella respondió a mis besos y así pasamos un rato maravilloso, tomando cerveza y besándonos.

Después de mucho rato de besos y cervezas me dijo que tenía que volver a su casa, eran las once de la noche, luego pagué la cuenta, salimos y cada uno se fue para su casa.

El lunes yo llegué primero que ella al trabajo y al rato la vi y me dijo:

-No hallaba como llegar, ya que tenía mucha pena contigo.

En la semana seguimos hablando y quedamos en salir el jueves de esa misma semana en la tarde, después de almuerzo. Yo me iría a comer al mediodía y ella también por su lado y luego nos veríamos en el Parque del Este a la una de la tarde.

A esa hora yo estaba en la puerta del parque esperándola, al rato llegó, entramos y al momento le pasé mi brazo derecho por su cintura de avispa, estaba bellísima, una beldad criolla, como todas las mujeres de mi bella Venezuela.

Hablamos, paseamos, vimos los animales y llegamos a un sitio realmente romántico, era un caminito bordeado de muchas matas floreadas, en las que prevalecía la cayena, allí la agarré por sus dos brazos, la atraje hacia mí y poniendo mi mano izquierda en su cintura y la otra en su cuello, ella a su vez me abrazó con sus dos manos a mi cuello y nos besamos con pasión. ¿Qué tiempo estuvimos así? No sabría decirlo, nos separamos porque venían unos muchachos corriendo y fue que volvimos a la realidad.

Caminamos y llegamos a unos banquitos, ella se me sentó en las piernas y nos volvimos a besar. Al rato nos dimos cuenta que nos estaban viendo y nos separamos, salimos a la calle y ya era casi de noche y nos despedimos.

Al día siguiente nos vimos en el trabajo, hablamos mucho y quedamos de acuerdo en encontrarnos el sábado a las dos de la tarde en Chacaíto. A todas estas en el trabajo ya todos sabían que estábamos enamorados.

El día sábado a las dos de la tarde estaba yo en Chacaíto, al rato llegó Mary, estaba bellísima, llevaba una blusa roja que resaltaba maravillosamente sus bellos senos, una súper minifalda blanca que le quedaba sensacional y hacía admirar sus bellas piernas y unos zapatos negros altos con unas medias negras; estaba peinada con unas crinejas a cada lado de su hermosa cabeza, estaba verdaderamentepreciosa, tanto que yo no me cansaba de admirarla y la contemplaba sin respirar, completamente absorto de su belleza.

Tomamos un carrito por puesto y nos fuimos a Los Chorros, paseamos largo rato y cuando podíamos nos besábamos, pero allí no había intimidad y resolvimos irnos.

Llegamos a Chacaíto y como eran las doce del día, entramos a las Tostadas El Avión y allí comimos.

Luego nos metimos a la Discoteca La Burbuja y nos tomamos dos cervezas y aprovechamos de besarnos, ya que casi no había gente. De allí nos fuimos a la Cervecería La Cueva y seguimos besándonos y bebiendo.

Luego le propuse que fuéramos al hotel y ella aceptó y fuimos al Hollywood, que estaba cerca de allí, entramos y pedimos un cuarto, luego yo me senté en la cama y ella se paró delante de mí y yo comencé a quitarle la blusa, luego le bajé la falda y ella se quitó las medias y los zapatos y quedó en sostén y blúmer blancos para volverme loco, de inmediato se metió en las sábanas y yo me arropé con ella y le quite el sostén y comencé a besarle sus bellos senos, ¡Qué preciosos los tenía! No eran grandes sino medianos.

Luego ella se paró de la cama y se fue al baño a lavarse, ya que estaba muy mojada, yo me desvestí y al rato ella se paró en la puerta del baño totalmente desnuda y yo me fui hacia el mismo y la rodeé con mis brazos y la cargué hasta la cama, donde la deposité cuidadosamente, luego me fui hasta sus piernas y se las besé con pasión y por allí comenzó toda la pasión de esa maravillosa noche, de la cual no quiero nunca olvidarme.

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