Llamando a la puerta del purgatorio…

Tus abrazos hacían escala
y hiciste de mis hombros una parada,
Amada me obstengo de mantener mi corazón cerrado,
De sopesar mis sentimientos aniquilados,
Quiero el brillo de mi mirada de regreso, sin retroceso.

No puedes ver la sangre ahogando mi interior,
Ni la soga que baila en mi cuello,
No me di por vencido,
Supongo que aceptar la perdida es parte del precio.

Ahora lloras con suavidad,
No lo hagas, no lo vale,
Tu suspiro indica que algo ha cambiado,
Quizá es la noche susurrando un nuevo comienzo
Y esté anochecer sabrá a libertad.

Decidí encontrar mi propia salida,
Todavía estoy a tiempo de sonreir,
Levantarme y vivir.

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