CITA EN EL BAR


La noche del sábado, toda historia comenzba a escribirse a partir de la 11, misma hora en la que yo salía de casa con destino a algún bar de la ciudad. Todo era perfecto, exepto ese día. Mis amigos tenían trabajo de la universidad otros ya tenían planeado alguna que otra reunión, y yo?. Bueno, aún recostada en mi cama miraba el computador mientras reproducía los vídeos de las canciones de Ricky Style con su peculiar baile.
Decidí abrir facebook y distraerme con los post’s de los demás, era una delicia leer opiniones, argumentos, reflexiones,etc de cada uno de ellos, sobre todo de las personas que tenía poco contacto.
Revisaba cuidadosamente una biografía en particular, la de André.
No tardó mucho la mágica conexión para que llegara un mensaje suyo.
Hey, hola. Qué planes para hoy? – aún sin poder verlo, podía saber la cara y el entusiasmo que ponía en su saludo.
Hola, André. Nada, de momento. Ya saldrá algo, todavía es temprano. – respondí. Eran un cuarto para las 10 pm.
– Sí, es temprano. Vamos al bar?la propuesta estaba hecha. Mierda !.
No suena nada mal jajaja. – sonreí con los cachetes enrojecidos frente a mi móvil.
-Claro! – Respondió mientras proponía los distintos posibles lugares de aquel lugar.

Vale.

Nos vemos a las 12?

Va ! – respondí con entusiasmo.
Ese día me aliste con mucho entusiasmo, estaba nerviosa. Era nuestra primera cita!. Me arregle el cabello, me puse un pantalón negro, polo blanco, una chaqueta verde con negro y unas botas negras. Cogí mi cartera negra y salí.
La noche era estaba lluviosa, las calles mojadas y había poca gente. Llegué al lugar y camine cuidadosamente entre los charcos de agua hasta el punto de encuentro. Ahí estaba él, de casaca y polo negro, jean azul y zapatillas negras con su típico peinado inclinado hacia la derecha, esperaba bajo una de las columnas de la esquina del parque. Un saludo nada especial; hablábamos de unos intercambios de opiniones que había tenido minutos antes con el conductor de la movilidad.
Nos encaminamos al bar y una vez dentro compramos dos cervezas entre bailes y conversas en un sillón cerca a la salida. No pasó mucho para poder tenerlo cerca mío, poder sentir sus brazos, sus ardientes labios, su mirada singular, su seductora sonrisa y su peculiar baile con movimientos de caderas, muy sexy por cierto.

Ya daban casi las 2 AM y pedí la segunda ronda de cerveza, está vez nos quedamos frente a la barra con la Pilsen; los vasos eran grandes y decí servir todo el contenido en ambos vasos, con cierta ventaja para mí.

Fue la última cerveza, y nos íbamos. Al salir, nos dimos cuenta que ya eran casi las 5 AM , caminamos hasta el paradero y la noche se disipó entre los pequeños reflejos del amanecer y las luces de la ciudad. Era la primera vez que terminamos perdidos entre los placeres de Lima la bohemia.

16/06/17

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