Hemofilia. Eso era lo que tenia. Lo sabia y se cuidaba.

Se acerco al viejo contestador. Hacia tiempo que no atendia el telefono. La voz le sono familiar, lo mismo que el mensaje: “ Todavia tenes tu sangre prisionera de tu cuerpo? Va siendo hora que la dejes libre, podria salir desde una pequeña, pequeñisima abertura en cualquier lugar de tu cuerpo…correria libre…y te abandonaria para siempre…puedo ayudarte a que eso pase”

Sabia perfectamente lo que significaba pero no de donde venia.

En la casa no habia material cortante alguno. El atun era en trozos para gato. Evitaba hasta las latas. No cortaba su comida. No cortaba nada y sus pastillas coagulantes estaban siempre cerca. Cualquier accidente estaba previsto.

Sono el timbre. Era el cartero. Le entrego un paquete. El firmo, le dio una propina y cerro la puerta. Se vistio con la ropa de cuero. Esa era la ropa de sadomasoquismo que habia comprado en un sex shop. Solo la usaba para abrir cartas o paquetes que le llegaban. Lo hacia por precaucion. Sabia que ninguna hoja de afeitar, o filo alguno podia atravesar esa gruesa tela. Completo el vestuario con un casco de moto y unas botas de montar de grueso cuero. Lo abrio.

Cuatro Gilletes, que estaban flexionadas saltaron juntas. Una de ellas se clavo el brazo, otra en una mano enguantada, y las otras dos rebotaron contra el casco…El que habia preparado el obsequio sabia lo que hacia, y tambien sabia que un hombre precavido tendria cuidado al abrirlo, era solo el mensaje que podia llegar fisicamente a el. Dentro del paquete cuadrado decia “ Aun la tienes dentrocruel carcelero? “

Por la noche tenia la costumbre de abrir el Facebook. Solo rutina, algunos me gusta a gente que alguna vez habia visto, y otros likes a amigos de amigos que le habia sugerido el mismo sistema…Pero esa noche…Esa noche fue distinto. Recibio una solicitud de amistad de una mujer hacia mas de veinte años no veia. No sabia cuando se habian dejado de ver, ni porque, Aunque eso no importaba ahora. Quedaron para chatear, chatearon, el le pidio un celu, y tubieron una larga charla en la que el se excedió sin duda en una verborragia que lo sorprendio y lo avergonzó. Ella dijo que tenia que cortar al cabo de mas de una hora de comunicación. Fue ahí donde sintio vergüenza, se despidio, y se fue a hacer algo de comer.

Luego de la cena se sintio inquieto, con miedo de que ella acabara pensando que habia sido una mala idea el contactarlo. Estaba en un momento de su vida raro, habia podido trabajar en lo que siempre quiso, vivir de eso, tener todas sus necesidades cubiertas y mas, trabajar solo pero tambien con gente a la que habitualmente veia…Una especie de club de escritura. Viejos colegas de diarios, revistas o publicidad.

Se acosto y leyo, pero la cabeza estaba llena de pensamientos un tanto amargos. Tomo una pastilla y se sumergio en la sordomuda camara de los sueños neutros.

Ya era lunes y su rutina autoimpuesta comenzaba una vez mas. Habia tiempos que cumplir, palabras que enlazar, ideas a las que dar forma. Una gran redaccion que se entrelazaba, rebotaba, se desperezaba y, por ultimo, se posaba como un pajaro virtual en la era de las pantallas.

Se comunicaban brevemente por el chat. El puso a su consideración algunos de sus escritos. A ella le gusto. Asi que envio mas. Escribiendo era mejor que hablando, penso, asi que por el momento, era mejor llegar de esta manera, escribiendo.

Al cabo de unas semanas de comunicarse por el chat sono el telefono, el celu que pocos tenian. Atendio. Era ella. Despues de todo habia considerado bueno el hecho de buscarlo. Esta vez el fue medido en la charla, sabia que a ella le gusto siempre nadar, y para su sorpresa, ella le dijo que queria ir al mar. No hay mar aquí, penso, solo oceano, pero esta vez no dijo nada. Arreglaron para el fin de semana. El saco pasajes en avion a mar del plata. El avion, que suave y hermoso era pronunciar esa palabra. Con su amiga en el avion, que suave y hermoso era pronunciar esa palabra…

Era diciembre. Un dia particularmente caluroso. Dejaron rapidamente el equipaje en el lobby del hotel. Eran las 9 de la mañana y hasta las 12 no podrian tomar la habitación. Lo que si tomaron en ese momento fue un remis que los llevo a una playa alejada del faro. Ella insistio en nadar, el la miro desde la costa. Lo hacia bien, como si el agua formara parte de su cuerpo. La olas irregulares pasaban henchidas de espuma, por momentos desaparecia para volver a aparecer, primero su pelo, luego su cabeza y por ultimo, su sonrisa.

Comenzo a pegar el calor. El se saco el pantalón deportivo. Ella salio del agua, se seco, tomo del bolsito un toallon, lo extendio sobre la arena, se agacho en cuclillas, lo miro a los ojos, le dio un pequeño beso en los labios, le saco la remera, y en silencio, lo acomodo boca abajo.

El la dejo hacer. Se sentia bien, relajado y feliz. Ella saco de su bolso algo aceitoso, y lo empezo a extender sobre su espalda, con un suave masaje, y siguió, y siguió…

El comenzo a sentirse mareado, saco su cabeza de entre sus manos y el horizonte comenzo a hacerle una ondulación psicodelica…Miro la arena teñida de rojo. Sangre!!!! Las pastillas!!! Ella se las habia llevado…

El aceite era un anestesico local. Cuando termino de pasarlo, le hizo dos largos tajos en la espalda con un bisturi…

Su sangre habia salido de su encierro.

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