Paso tanto tiempo esperando que al final no recordaba a quien esperaba.

Ya habia recibido la orden, pero antes de cumplirla debia vigilar y pasar un informe diario de sus movimientos.

Entraba todos los dias vestido de pintor al departamento vacio lindero, el cual compartia medianera de ladrillo hueco, lo que permitia la vigilancia auditiva con la ayuda de un simple estetoscopio.

La espera se le hacia larga. Lo que mas lamentaba era no poder escuchar radio, puesto que el silencio debia ser total, absoluto, para asi poder saber cuando pegar el estetoscopio a la pared.

La persona vigilada no recibia visitas. Nunca. Hablaba, eso si, solo. No reflexionaba, hablaba con alguien, que de no saber que estaba absolutamente solo, cualquiera podia pensar que tenia un interlocutor muy callado. Hablaba sobre todo con una mujer, la que dedujo debia haber sido su esposa. A veces hablaba con varias personas, como si de verdad estuviera en una reunion. Por eso siempre tenia que estar atento a las aperturas de puertas. Definitivamente no podia escuchar radio.

Lo conocia. Lo habia visto un par de veces el en el hall del edificio, se cruzaban saludos coloquiales, pero el hombre al que debia vigilar y luego matar le sonreia junto con el saludo. Eso lo desestabilizaba emocionalmente, sabia que esto no debia pasarle, puesto que sino, no seria un buen sicario…Pero le ocurria. Se preguntaba porque alguien quisiera matar una persona asi. No parecia tener conflictos con nadie…En fin, no era asunto de el, penso. Era tarde para echarse atrás, perderia su reputacion. Siempre habia entendido su trabajo como el de un medico inverso, que en vez de salvar vidas las quitaba. Cuando el primero fracasaba la persona moria, cuando el fracasaba vivia.

Esa tarde llego temparano, y comenzo a pasar un pincel sin pintura en la pared desnuda. Ese era el sonido que debia hacer un pintor, y hasta ese momento no habia reparado en eso. No sabia que hacia su objetivo, si estaba pendiente de lo que ocurria en el departamento vecino o eso le era totalmente indiferente, pero ante la duda, comenzo a hacer sonidos que sabia trascenderían del otro lado de la pared.

Este hombre, al que tenia que vigilar, siempre sonreia, y no solo a el, sino que al cruzarse con cualquier vecino, y tambien, de a ratos, cuando iba solo. No le gustaba eso. Desconfiaba profundamente de los hombres que sonreian, no era normal, no sabia que pensaban, y lo que era peor , si ya lo habian descubierto, y por ende habian tomado acciones tendientes a contrarestar su ataque, invertirlo, y hacer de el una victima.

Esa tarde oyo algo distinto. Gemidos. Sin duda de mujer. Solo gemidos. Indudablemente estaba en la cama con una mujer…Solo que no habia visto entrar a nadie mas que a el. Veia permanentemente la camara de seguridad de entrada del edificio, y estaba seguro que esta solo. Hubiera pensado en un video porno, si no hubiera sentido, a travez de la pared el traqueteo de la cama golpeando acompasadamente contra la pared.

No le gustaba el misterio, y este trabajo estaba lleno de cosas que no le gustaban…Simpatia por la victima, hechos inexplicables…Pero debia seguir adelante. No veia la hora de que se acabara la vigilancia y se terminara el trabajo…” Yo no se si el tipo es bueno o malo, solo se que le toco perder, en el cielo esta Dios soberano, y en la tierra la orden del cartel…” Esas estrofas de Blades las tenia como su ABC de trabajo, su impronta de profesional, su manera de distanciarse de la victima y de el mismo, como si el hecho lo fuera a hacer su alter ego.

Al ver el pasacalle sintio alivio. “ FELIZ CUMPLE MARY”. Era la señal. No mas vigilancia. Eliminar su objetivo y cobrar.

Mucha suerte, penso. A poco entrar al departamento lindero escucho que la puerta se abria y cerraba, y luego el ascensor. Seguro era la mujer que se iba, el tipo estaba ahí, la radio encendida, apoyado contra la pared habitual. Estaba solo. Era el momento. Saco de la lata de pintura el 357, lo cargo con municion, y a falta de silenciador coloco una papa augereada sobre el caño, quito el seguro y disparo a travez de la pared. Miro por el orificio , y se convencio que el trabajo estaba concluido. Un cuerpo habia sido despedido hacia delante, desde su angulo veia unas piernas con el tronco caido hacia los pies de la cama. Solo se escuchaba la radio. Tomo sus cosas, dejo sus ropas de falso pintor y salio. Tomo el ascensor, y lo primero que vio cuando abrio la puerta fue al hombre que debia matar, el cual le sonrio y le pregunto si habia terminado el trabajo…

Camino sin rumbo, como un perro perplejo. No sabia que hacer, debia cobrar el trabajo…Pero no lo habia completado…Que hacer? Que hacer ? Se preguntaba…Solo caminar, mantenerse en movimiento, tratar de pensar, llegar con vida a alguna parte. Sabia lo que significaba fracasar…Pero a quien habia matado?

Cuando el hombre volvio a su casa encontro su muñeca japonesa de cinco mil dolares destruida de un balazo, su sistema de emitir quejidos estaba activo aun, y era como si agonizara, y de hecho lo hacia. La tomo en sus brazos y lloro.

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