La Pequeña Muerte

La Pequeña Muerte

Clauddie Crown

04/12/2018

Febril caballero, te digo que eres valiente

Eres un zig zag sobre la luna luminosa,

y tu candor concede energía en gradiente,

A la niña que con labios distantes reposa.

Se empieza a iluminar el pasadizo cósmico

Que hasta acá los dioses describen,

Y con eufórico e inocente candor volcánico;

Feroz, ardiente e inquieta te pide:

«Cierra las puertas, abre el telón,

sube la escalera hasta mi balcón,

Entra despacio y con sigilo,

Y con gran furia tira de mis hilos.»

Sacas gemidos que emanan del centro de su ser

Y con ellos sobrepasan juntos el mundo físico.

Sus escápulas sobre sábanas echan alas cual libre mujer.

Las punzadas de tus dardos describen un hecho histórico.

Caballero, has hecho sentir inminentemente tu presencia

Y como nunca en todos tus años, hoy has vivido.

Ella dentro de tu alma, de tu mente y de tu esencia.

Tu dentro de su cuerpo, pero ella te ha poseído.

La temperatura escala y el ritmo se altera,

Para el jinete ardiente que prepara la emboscada.

Se detiene el mundo y el tiempo acelera,

Para llegar en subida y terminar en bajada

Se acerca ya la pequeña muerte,

Hundidos los dos en las llamas del infierno.

Él con furia, ella permanece inerte

Para volver perverso aquello que era tierno.

Cabalgas una cumbre y riegas su jardín.

Con el fruto de tú cuerpo, has llegado invicto.

Se han quedado abiertos sus labios rosa y carmín.

Y quieres repetir nueva vez, tal cual adicto.

Cumplidos ya todos tus anhelos

Transformado en uno lo que antes era de dos

Y sus ojos cerrados hacia el cielo

Dibujan en el aire partículas de Dios.


Diciembre 2018

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