La Rana que canta (Cuento)

La Rana que canta (Cuento)

Luis Beneras

22/10/2018

La Rana que canta el cuento.

Había un rana, en el verano más intenso, donde el calor del verano en primavera donde las rosas y flores ya estaban florecidas, mientras que en la laguna donde el vivía no había nada, solo un lago medio seco, donde el todos los días sin descanso cantaba, (croaba), mientras mira al cielo, y el sol sigue brillando, en su lado de la laguna y estanque.

Yo un simple hombre solo, miraba esa rana, cantar y me daba pena, porque estaba allí sola, cantando, y nunca caía agua, pero verle ahí cantar, sin descanso, era admirable, porque no se rendía, sin saber que razones tenia para pelear en esta vida.

Yo al igual que esa rana estoy solo, nunca pude formar una familia y ni siquiera pude sentir lo que en el mundo es conocido como amor, siempre me dio miedo ser lastimado de nuevo, siempre. Aunque no lo crean, soy cantante. Tengo mi vieja guitarra, con la cual de vez en cuando canto algo, sobre todo a las cosas que nunca tuve, porque no tuve el valor de hacerlo, como amar.

Estoy aquí viendo como una simple rana, todos los días con fe sigue cantando, es triste, pero no entiendo si esa rana entiende que pierde el tiempo, que esta sola y que a nadie le importa sus esfuerzos y sus ganas de hacer algo por si misma y por los seres queridos que debe tener.

Lo único que alimenta esa laguna, son las lágrimas que esa rana suelta de vez en cuando, al esperar, resultados, que nunca llegan. Al igual que yo, al dedicarle un poema a esa vieja rana, me recuerda a mi de joven, hoy, cansado, marchito y medio muerto, espero solo descansar, cerrar mis ojos y no sentir mas, no sentir este inmenso dolor en mi cuerpo, cabeza y alma que me están destruyendo, poco a poco.

Escucharlo en la noche, antes me molestaba, hoy, es mi canción de cuna y de dormir favorita, imaginarlo mirando al cielo, esperando a su amor deseado, y su compañera, para poder cantar juntos en esa laguna seca, la canción perfecta para traer la lluvia, la lluvia que lo cura todo.

Al despertar, decidí ir a la laguna seca donde la rana canta. Verlo allí cansado, caminado y saltando al filo de la laguna casi muerta, es se los digo triste pero admirable, yo no pude soportar mas mis lágrimas que se supone como hombre no debo mostrarlas.

Decidí ir donde la rana. Me acerque, ella solo me vio, y seguía cantando, mientras las lagrimas le salían por los ojos, esperando la lluvia. Por eso yo junto con mi guitarra vieja, decidí dedicarle el poema, que escribí antes de este cuento, para ayudarle a cantar mirando al cielo junto a ella, mientras ambos esperamos, que todo al fin acabe, sobre todo el dolor.

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