A lo lejos suena un piano,
A la distancia se oye
Una dulce melodia;
Aunque, algo triste se percibe,
Triste como un poco vacía.
La luna posa en lo más alto,
Desde allí todo lo observa;
Desde allí atenta capta
La dulce melodía;
Aunque, le arranque una lágrima,
La escucha muy concentrada;
Ya que, la transporta a otras épocas.
A lo lejos un piano entona
Unos acordes que le llegan al alma;
Que el corazón le acarician;
Aunque, con esas notas tambien,
Arriban dolores de un viejo y fallido amor;
Uno que convirtió y cambio
Su ser de por vida;
Uno que hasta el día de hoy
Aún continúa recordando
Sin poder de si quitarlo.
La luna en silencio y estática
Tan sólo oye y observa
Como transcurren
Los días, meses y años;
Aunque, cada vez que,
Esa dulce melodía es entonada
La escucha aún cuando le haga daño.
Sólo que inconscientemente la eleva a esos otros tiempos;
Donde el llanto era de felicidad,
De bellos momentos,
De una alegría que
Jamás volvió a hallar,
Luego de padecer las consecuencias
Que le provocó ése triste desencanto…
Ése desamor, ése engaño.
Aún así, ella continúa oyendola;
Escuchando como con esa melodía
Su corazón se acelera
Y a mil palpita.
Así como una dulce melodía
También, es un dulce sufrir
Que con ella lleva desde inmemoriales tiempos en sí acoplada.
Así como ayer fue un bello y dulce amor;
Hoy es un penoso dolor
Que consigo llevará toda su vida.
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