Olvidarte, recordarte, desearte

Olvidarte, recordarte, desearte

Serafín Cruz

06/10/2018


OLVIDARTE

¿Olvidarte?

Me duelen tus palabras,
se me escapa la calma entre oscuros pensamientos.
¿Cómo has podido pensarlo?
No lastimes mis oídos con infamias,
dañan a mi corazón que a tu ritmo late.
No concibo los besos si no son en tus labios,
no amanece en mi alma si no despierto a tu lado,
no es baladí mi amor,
pues yergue firme y poderoso en cada esqueje,
no equilibro mi paz si no es con tu mirada,
ni acierto en mis palabras si te enfrascas en las dudas,
ni concilio el sueño temiendo tus miedos,
ni me siento vivo sabiéndote dolida.
No, mi amor, no te he olvidado,
ni un segundo siquiera.
¿Cómo olvidar tu vivaz sonrisa?
¿Cómo olvidar tus profundos ojos?
¿Cómo olvidar tu adorable candidez, y tu amena plática,
y tu agradecida simpatía?
Antes me olvido de vivir, de respirar,
de quien soy, de mis años…
antes me olvido de olvidarte.

***************************

RECORDARTE

¿Recordarte?

No he de hacer un sobreesfuerzo para ello,

no es preciso que me lo proponga,

no necesito desearlo,

te recuerdo apenas me giro sobre mis talones y te doy -a mi pesar- la espalda,

te recuerdo cuando no me acompañas,

cuando escribo versos en tu ausencia,

te recuerdo cada minuto que estoy solo,

en mis horas bajas…

Son las nerviosas neuronas, o mis enamoradas hormonas,

o mi sangre que, como potro desbocado,

luce, briosa, su ansiedad.

Tal vez sea mi corazón,

que marca el ritmo según tu estado,

que es un «tú» más que un «yo»,

que rechaza tus vacíos,

que deambula inerte dentro de mi pecho si no te ve,

que descontrola el ritmo si no te siente,

que sufre si no te pienso,

si no te imagino.

¿Recordarte?

No necesito recordarte,

siempre quiero estar junto a ti.

***************************

DESEARTE

¿Desearte?

Más que el náufrago a la orilla,

más que el sediento al agua fresca,

más que el descanso al exhausto,

más que la paz al soldado,

más que el aire que respiro,

más que a nada en este mundo,

invariable y constantemente, amor.

¿Cómo no desear tu sedosa piel?

¿Cómo no desear su agradable tacto?

¿Cómo no desear escuchar tus musitadas palabras,

y entrelazar tus femeninas manos,

y acariciarte la espalda,

y mesar tu negro pelo?

Me perdería la vida sin tales deseos,

sería un pelele mendigando amor,

una invisible sombra en la noche,

un despreciado verso ilegible,

una desapercibida sustancia volátil,

una enredada cábala inentendible,

una imposible raya sobre el agua,

un indescifrable misterio,

un don nadie sin ilusiones…

Cómo no voy a desearte

si eres lo único que deseo.

***************************

Serafín Cruz

Octubre’18

Derechos de autor.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS