Había doce allá afuera. Y salían de entre los árboles.

¡Jona apaga la tele! – Grite.

Vestían traje y corbata, y llevaban cada uno consigo una maleta. ¿Para que las querían?

¡Agarra el teléfono! ¡El teléfono! – Ordene.

Se movían de manera muy extraña y no podía ver sus rostros por la oscuridad.

¡Cierra las cortinas Jona! –

Mami…-

Pero ya era muy tarde. Entraron. Uno de ellos saco una jeringa de su maletín.

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