Amaba cuando se recostaba en mi pecho y podía sentirla respirar… Ese cálido viento me provocaba en sus labios comenzar a soñar… Amaba tocar sus orejitas frías eran tan suaves y lo más maravilloso era que siempre escuchaba que la quería… Amaba mirarla y saber que era la poesía que siempre leería.

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