Nico y sus traumas

Nico y sus traumas

Serafín Cruz

23/04/2019



papi, yo y mami

Si con mis seis años tengo que aprender de los ejemplos que veo en casa, creo que me costará un esfuerzo “mu” gordo cada cosa que aprenda. Yo aún todavía (mi mami me riñe cada vez que digo aún todavía, pero me sale sin querer) soy pequeño para hablar como los mayores, pero voy a contar este relato de mi papi y de mi mami. Usted (mi mami dice que tengo que decirle usted a los mayores y a los desconocidos) se preguntará por qué digo lo que digo, por eso quiero que lea lo que viene a continuación.

Mi papi creo que tiene cuarenta y seis años, y está “mu” flaco. Mi mami dice que parece un fideo, pero yo creo que está un poquito más gordo que eso. Pero, aunque está flaco, es “mu” fuerte, y mi mami dice que el “cafilicativo” de trabajador le viene “mu” bien. Mi mami dice que mi papi se levanta “to” los días cuando es de noche y que está “to” el día trabajando. Yo siempre escucho decir a mi papi que el hombre está hecho “pa” trabajar, y si mi mami le dice que descanse un día mi papi le contesta: ¡descanso y “descansa”! Mi papi siempre dice esas cosas cuando está “enfadao” o cuando quiere que mi mami lo deje tranquilo, y a las cosas le dice el nombre de otras cosas pero que no existen. Por ejemplo: camión, “camiona»; balón, “balona”; o “viseverza” (esta palabra me mola y sé lo que sinifica” porque un día se lo pregunté a mi mami y ella me dijo que era como si dándole la vuelta se quedara igual).

Ya he dicho que mi papi es “mu” trabajador, ¿no? “Po”también es “mu” fuerte. Es tan fuerte que “na” más que se pone una camisa… y no tiene frío ni “na”, porque es “mu” fuerte. Pero mi mami dice que es porque tiene la sangre caliente.

La “particuliridad” (me lío con esta palabra, pero sé lo que “sinifica”. Es cuando alguna cosa es diferente. También me lo explicó mi mami, como siempre) más importante en esta historia es que mi mami se queja porque dice que mi papi nunca le dice te quiero y que la “ingora”, o sea, que no le echa cuenta. Yo creo que a mi papi no le gusta decir te quiero.

El otro día mi mami le dijo a mi papi que mi papi nunca le decía te quiero a ella, y mi papi le dijo que se lo acababa de decir. Entonces le dijo mi mami que no le había dicho te quiero, que era ella la que lo había dicho y que mi papi le había contestado «y yo», y mi mami se enfadó un poquito y le pidió a mi papi que le dijera te quiero, como en las “penículas” de “enamoraos”, en vez de «y yo», y mi papi, que estaba “mu” serio, le dijo a mi mami:

—Te quiero y te “quiera” —y ya está.

Por otra parte, mi mami es totalmente diferente a mi papi. Se pasa “to” el día «recostá» en el sofá, y no para de comer galletas, y por eso está “mu” gorda y, como es bajita, aunque es más grande que yo, “po” mi papi dice que parece un saco de “papas”.

Mi mami camina despacito porque, debido a su “gorduridad”, no se atreve a ir más deprisa, y anda tan despacito como los caracoles. Los vestidos de mi mami son todos ropa camilla, como dice mi papi, total, para tapar su “gorduridad” para qué se va a preocupar mi mami en fijarse en esos vestidos que se ponen las mujeres más flacas.

Al contrario que mi papi, mi mami siempre tiene que estar «abrigá», y ni así se le quita el frío, no sé si es porque tiene muchas carnes o, como dice mi papi, que es de sangre fría.

Una de las mejores cosas que más me gusta de mi mami es lo “románkita” que es, por eso, creo yo, le dice tantas veces te quiero a mi papi, y por eso, también creo yo, se “desulisiona” con esos «y yo» de mi papi.

En las noches de invierno hace mucho frío (mi mami dice que se mete en los “güesos”) y mi mami se arrima a mi papi buscando su sangre “calientita” “pa” entrar en calor, y mi papi, que nunca le dice te quiero a mi mami, no se queja; sin embargo, cuando es verano es mi papi el que se quiere arrimar a mi mami “pa” que las carnes frías de mi mami le refresquen un poquito, y mi mami, que “to” los días le dice te quiero a mi papi, se aparta y le “rencrimina” con un «¡que estás hirviendo!».

Como dije al principio: si con esos ejemplos tengo que aprender, creo que no adelantaré “na” en mi “aprenzidaje” porque, vamos a ver, cómo puedo entender que mi papi y mi mami se quieren (querer y amarse en España es lo mismo, ¿no?) si mi papi, que no se queja cuando mi mami, con su “gorduridad” y sus carnes frías, se arrima a él buscando tener un poquito de calor, nunca le dice te quiero a mi mami; y mi mami, que “to”los días le dice te quiero a mi papi, no permite que mi papi se le arrime cuando mi papi tiene ganas de quitarse un poco su calor. ¡»Po» vaya unos ejemplos!, ¿no?

Hablar de mi papi y de mi mami siempre me resulta “enrogoso”’, sobre “to” por mi edad, y porque aún todavía no me explico “mu” bien. Mi mami se ríe cada vez que digo aún todavía, pero no sé el porqué. Ya lo dije antes, pero se lo recuerdo por si se le olvida.

“Pa” que nadie me diga que soy un »maleducao», y ya que hasta ahora no lo he hecho, voy a presentarme antes de seguir con la historia que quiero contar que, otra vez, es sobre mi papi y mi mami.

Me llamo Nicolás, aunque “to” el mundo me llama Nico, porque así es como me han «llamao» siempre mi papi y mi mami; tengo seis años —eso ya lo dije al principio, pero se lo recuerdo, también por si se le olvida—, y voy a un cole que se llama La Paz, el mismo nombre que tiene el barrio donde está, que es donde yo vivo.

Ya tengo carné de «identidá», aunque solo lo he visto el día que me lo saqué (creo que se dice expedí, pero esa palabra es “mu” rara y nunca me sale a la primera) porque me lo enseñó mi papi, que fue el que me llevó a la policía para sacármelo (expedirlo, creo).

Y ahora voy a seguir con la historia que quiero contar, que no es más que decir otros ejemplos de mi papi y de mi mami que no entiendo.

A mi mami no le gusta hacer gastos innecesarios, como ella llama a »to» lo que le cuesta un céntimo de más, por eso el pan lo compra en la tienda de La Paqui, que está a un ratito de mi casa, fuera del barrio. Y, claro, como ella está gordita, “po”, entre que va y que viene, nos pueden dar las uvas, y el «encargao» de hacer la compra soy yo. Encima me infla de consejos cuando me da el euro «pa» la compra: «No te lo traigas poco hecho, que esa por ahorrarse un segundo de «elestricidá» es capaz de dártelo crudo; y no vayas a dejar que se te cuele nadie, que en esa tienda entra mucha “malagente”; y métele prisa, dile que te estamos esperando “pa” comer, que como se ponga a hablar llegas de noche a casa.» Y así un día y otro.

Las compras más grandes las hace mi papi. A mí me gusta acompañarle porque me subo al carrito de la compra y me divierto. Pero mi papi me hace bajar apenas mete en el carro un litro de aceite. A mi papi le pasa igual que a mi mami, yo creo que lo suyo es aún todavía más peor. Si lo que quiere comprar es una lata de atún, mira una a una «toas» las latas de atún que hay en el súper, mira la marca, el peso, la diferencia de precio entre una y otra, si el aceite es de girasol o de “olivia” y, después de diez minutos, interminables “pa” mí, a lo mejor me dice: «Creo que en casa quedan dos». Y no se queda con ninguna. Igual le pasa con los detergentes que le encarga mi mami. «¡Niño, tráeme uno baratito!», le dice a mi papi. Como si a él le hiciera falta que le diga “na”. ¿Cuál está de oferta, el Colón de cinco kilos?, “po” mira el Ariel, el Elena, el Skip, el Jabón Marsella y el de la marca blanca del »mercao» (la marca blanca no sé qué “sinifica”. Se lo voy a tener que preguntar a mi mami). Cuando comprueba que el Colón de cinco kilos que está de oferta es el más barato, mete en el carro un Colón… pero de un kilo, y se queda tan pancho.

En cuanto a los gastos que veo en mi casa en ropa… mi mami va siempre con un vestido negro. Pero tiene más vestidos, y lo sé porque una de las dos fotos que hay en mi casa es de la boda de mi papi y mi mami; la otra es de mi bautizo. Las dos están adornando una mesita redonda que hay en el salón que hace ruido si se la toca, y se mueve mucho. En la foto de mi bautizo lleva mi mami un vestido rosa —»cuadrao», claro—, y yo creo que es el mismo vestido que se puso »pa» la boda de la hija de su amiga Patro y, si no recuerdo mal —tiene que perdonarme porque aún todavía soy pequeño—, también la vi con ese vestido el año que me llevó a ver las fiestas “partronales” del pueblo, por cierto, echamos tanto tiempo en el camino de ida que un poco más y acaba la feria. Allí me compró un algodón de azúcar… más de la mitad se lo comió ella. Mi papi no quiso acompañarnos. «Por la feria está “to” “mu” caro», se dejó decir.

Y si en el ropero de mi mami hay pocos vestidos, en el de mi papi hay menos, vamos, que no se va a romper la barra del ropero donde se cuelgan las perchas, que ahora no me acuerdo cómo se llama.

Mi papi se lleva “to” el año con un pantalón vaquero y una camisa negra. «To» los años me lleva la única vez que va a comprarse ropa —si usted ha »pensao» que es en fecha de rebajas, ha «acertao»—, y comienza por los pantalones y las camisas que cuestan un dígito, como él dice; en los que tienen «anotao» en los tiques un precio mayor de nueve euros ni los mira siquiera y, cuando ya ha «mirao» uno a uno «toa» la «sesión» (no sé “mu” bien si es «sesión» o “seción”. Perdone), se queda con el más barato, y ese pantalón y esa camisa que compra le duran hasta la próxima rebaja del año que viene. Así va siempre que, entre las pocas carnes y que siempre va con la misma ropa, da pena verlo.

Ah, ya me he «acordao» que donde se ponen las perchas en el ropero se llama barón.

El remate de «to» lo comparten por igual mi mami y mi papi. Y preste atención aquí que lo que voy a contar ahora es “mu” gordo.

Yo necesitaba una mochila “pa” meter los libros del cole y cargar con ellos a la espalda como «to» los niños. Le dije a mi papi que necesitaba una mochila y me fui a jugar. Al poco salió mi papi a la calle, me llamó y me dijo que le acompañara a la librería. Allí estuvimos viendo «toas» las mochilas, pero como no había ninguna de un dígito, »po» salimos de la librería tal como habíamos «entrao». Cuando llegamos a casa me fui a mi cuarto «disgustao» porque mi papi no me había «comprao» la mochila. Cuando había «pasao» un poquito de tiempo, me llamó mi mami y, con pocas ganas, obedecí y fui hasta donde ella estaba.

—¡¿Qué?! —le dije medio llorando y “enfadao”.

—¡Mira, ya papá ha «solucionao» el problema de tu mochila! —me dijo mi mami “pa” que yo no llorara.

Mi sorpresa casi me hace caer de espaldas cuando vi mis libros, mis libretas y mi lapicero “apilaos” sobre la mesa y “ataos” con un cordel a lo largo y a lo ancho.

mi mochila

Lo que quiero contar ahora ya no tiene »na» que ver con los consejos de mi papi y de mi mami; son »anésdotas», »na» más.

A mi mami y a mi “tita” Filo no les gusta el café; a mi mami le gusta el té y a mi “tita” la “pimienta” poleo, que es igual que el té porque viene en una bolsita con un hilito. Mi mami me deja que yo remueva la bolsita en el agua “hirviente” porque me divierto cuando el agua va cambiando el color, y subo la bolsita y la bajo un montonazo de veces, hasta que mi mami me la quita “pa” tomarse el té. Mi papi dice que mi mami se toma el té para ponerse más flaca, pero yo no creo eso, porque mi mami siempre ha “estao” un poquito gordita y el té no la pone más flaca. Además, a mi mami le gusta mucho la ensaladilla «rusia», y se da unos lotes de comer tremendos; a mí también me gusta mucho, pero como solo un poquito, será porque aún todavía soy «mu» chico. Mi papi, que es el que menos come —ensaladilla «rusia» y de «to»—, dice que a mi mami lo que le hace falta es un «nitrucionista» (hay muchas palabras raras, y esta aún todavía no sé decirla bien y, además, no sé lo que «sinifica», pero mi mami sí lo sabe).

Tengo una gatita blanca que se llama Sielia. En el cole los otros niños me han dicho que el nombre de mi gatita es “mu” raro, pero cuando yo le explique por qué se llama así, me parece que usted lo va a entender y va a pensar que el nombre es “mu” bonito. Sielia no es un nombre extranjero, ni tampoco es »sacao» de una “penícula” ni “na» de eso. Lo que pasa es que mi papi siempre le está cambiando el nombre a “to” las cosas, y lo mismo que cuando dice, por ejemplo, »camión y “camiona”, “po” de la misma manera hace con los nombres.

Yo tengo una prima que se llama Noelia, y su mami es mi “tita” Filo. Mi gatita blanca era de mi prima Noelia, y un día mi “tita” Filo vino con mi prima Noelia y trajeron a la gatita blanca “metía” »endentro» de una caja de zapatos. Mi mami y mi “tita” Filo habían “hablao” antes, por eso estaban allí mi “tita” Filo, mi prima Noelia y la gatita blanca, que era mi regalo de cumpleaños de cuatro años. Yo me llevé una sorpresa y me alegré mucho cuando vi a la gatita blanca, y enseguida me preguntó mi mami que qué nombre le iba a poner, y yo, que no sabía qué decir, “po” dije «Blanca». Mi mami y mi “tita” Filo se pusieron sonrientes, pero mi prima Noelia solo miraba… a la gatita blanca. En esto entró mi papi, y mi mami le dijo que mi “tita” Filo y mi prima Noelia me habían “regalao” una gatita blanca. Mi papi se quedó mirando a la gatita blanca y a mi prima Noelia, y dijo:

—¿Un gato “pa” qué?

Mi mami se quedó mirando a mi papi, y le dijo que la gatita blanca era un regalo de mi prima Noelia, y a mi papi, en ese momento, se le ocurrió el nombre de mi gatita blanca, porque dijo:

—¡Noelia y “Si-elia!”.

Y ese fue el nombre que le puse a mi gatita blanca: Sielia. ¿Ve usted que no es un nombre extranjero ni “na”?

Mi “tita” Filo es un poquito torpe, eso es lo que dice mi mami. Yo le pregunté un día por qué decía eso, y ella me contestó que una de las cosas que hace mi “tita” Filo es que, cuando se lima las uñas, mueve la mano en lugar de mover la lima. Yo le dije a mi mami que a mí eso no me parece que lo haga mi “tita” Filo porque sea torpe, sino porque es “mu” bruta, o eso es lo que yo pienso.

Cuando estábamos todos “sentaos” a la mesa, mi mami y mi “tita” Filo se pusieron a saber cuál de las dos estaba más mala. Yo no sabía que mi “tita” Filo y mi mami estuvieran malas, pero las dos empezaron a nombrar “medecinas” que tomaban, y cuando una decía que estaba tomando una “medecina” “pa” una cosa (no me acuerdo de los nombres de las “medecinas” que dijeron porque, la verdad, las “medecinas” tienen unos nombres “mu” raros), “po” la otra decía que ella estaba tomando otra “pa” otra cosa. Luego, me imagino que cuando ya habían «acabao» las dos de nombrar “toas” las “medecinas” que se toman, empezó a decir mi mami las “medecinas” que se toma mi papi, y mi “tita” Filo las que se toma mi “tito” Alfonso, que es el papi de mi prima Noelia, aunque aún todavía no lo había “nombrao”.

Mi prima Noelia y yo nos aburrimos de escuchar a mi mami y a mi “tita” Filo —mi papi no hablaba, solo miraba—, y nos pusimos a jugar con mi gatita blanca, con Sielia. Me parece que mi papi se aburrió un poco de escuchar a mi mami y a mi «tita» Filo hablar tanto de «medecinas» y de lo malas que estaban las dos, porque solo hacía abrir la boca y decir «aaah, aaah» con mucha fuerza. Cuando se fue a levantar, me parece que lo hizo sin querer, pero se tiró un «peo» «mu» gordo. Mi prima y yo nos echamos a reír, pero mi mami y mi»tita» Filo se quedaron «mu» serias. Mi mami le dio un grito a mi papi: «¡Eh!». Así, más o menos, y le «rencriminó» por haberse «tirao» un «peo» tan gordo. Pero a mi papi creo que le dio igual porque dijo que ya tenía los muelles flojos. Yo aún todavía no sé por qué tiene mi papi muelles, y tampoco sé por qué los tiene flojos. Se lo tendré que preguntar a mi mami, que ella me lo explica «to» cuando le pregunto.

Otra cosa que quiero contar es también porque no la entiendo. Esta vez es solo de mi papi.

Cuando nos ponemos a comer mi papi se tira »irustos» »mu» largos y »mu» fuertes. Mi mami le »rencrimina», pero mi papi dice que los gases hay que soltarlos… creo que no dice »soltarlos», pero no me acuerdo ahora cómo es lo que dice mi papi. Mi mami se enfada cuando estamos comiendo y mi papi se tira un »irusto», y lo hace »to» los días. Y cuando mi mami le »rencrimina», mi papi contesta:

—Libertad »pa» los presos.

Yo aún todavía no sé qué tienen que ver aquí los presos. A lo mejor es que mi papi »ingora» (ya dije antes que esa palabra sí sé lo que »sinifica») a mi mami y se ha »enterao» que los presos van a salir libres, digo yo.

Mi papi algunas veces se corta las uñas de los pies en el salón y el otro día lo hizo cuando había ‘venio’ mi ‘tita’ Filo, y mi mami le ‘rencriminó’ y le dijo que esas cosas se hacen en el cuarto de baño, pero mi padre no le echó cuenta y siguió a lo suyo, y cuando mi mami le volvió a decir lo mismo pero más fuerte, mi papi se enfadó y dijo que en el cuarto de baño no veía bien, y siguió cortándose las uñas de los pies en el salón, entonces mi mami le dijo a mi papi que vaya unos ejemplos que le das al niño, pero mi papi siguió a lo suyo.

El niño soy yo, pero se lo digo por si no se había »dao» cuenta.

El coche de mi papi es pequeñito, pero cabemos los tres. Cuando se sube mi mami tarda mucho en hacerlo. Mi papi le abre la puerta, luego ella se gira y se pone de culo al asiento, se agarra a mi papi y a la puerta y se deja caer. Si yo ya estoy «subío», que siempre es en el asiento de atrás y «amarrao» con el «centurión», noto que el coche se «escora» —esta palabra la dice mucho mi papi, que es marinero, y me ha «enseñao» lo que «sinifica»— y me da miedo porque parece que va a volcar, pero nunca se vuelca. Luego, cuando llega la hora de bajarnos del coche, mi mami se agarra a mi papi porque él ayuda a mi mami, pero a mi papi, aunque es «mu» fuerte, le cuesta mucho trabajo que mi mami salga del coche, y muchas veces se cae «pa» dentro con mi mami y, como yo sigo dentro del coche, «po» ahí es cuando me da miedo de verdad porque sí parece que el coche va a volcarse.

La verdad es que mi mami se sube «mu» poco al coche. Cada vez que mi papi le pregunta si lo quiere acompañar, mi mami le contesta que vaya solo, o que no le apetece, o que está «cansá»… un montón de mentiras, porque la verdad es que no se quiere mover del sofá.

A mi papi «na» más que le gusta escuchar música de España, y le gusta mucho el «pasadoble» español, y dice que es la música más bonita de «toas», porque no le gustan las otras músicas y dice que si no es en español no entiende «na», y por eso no le gusta. Tiene un disco de música de «pasadoble» español, y le gusta mucho una que yo ya me he »aprendío» y dice: «¡Que viiiva España!, la gente canta con amor, ¡que viiiva España!, la vida tiene otra ilusión, y España es la mejor». Y me gusta mucho porque es mu bonita, pero hay otras canciones del disco que no me gustan, unas porque me dan pena y otras porque son »aburrías». La que más me aburre es una que dice: «torre de areeenaaa, que por cariño supo ladraaar… Mi mami la canta junto con el disco, pero no me gusta tampoco si la canta mi mami. La que más pena me da es una que canta Juanito »Valdegrama», y dice: «yo soy un pobre migrante que vino hasta tierra España…», o algo así, bueno, esa no me la sé »mu» bien.

Continuará…

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