CRÓNICA DE MI MUERTE

CRÓNICA DE MI MUERTE

Yess Torres

15/12/2016




Abrí mis ojos esa mañana, no me sentía cansada como acostumbraba. El sol entraba suavemente por mi ventana y me acarcibia el rostro. Todo era calmo, tranquilidad absoluta. Extrañamente mi mente estaba en blanco, no pensaba en nada, no sentía preocupación alguna.

La noción del tiempo era algo sin importancia, miré a mi alrededor, que extraño, ¿por qué tantas flores? y entonces comencé a rememorar.

Había llorado tanto la noche anterior, ya no recuerdo con exactitud mi aflicción, sólo una sensación profunda de soledad, de tristeza… y es todo, ya no hay más en mi memoria.

Mi cuerpo está aquí, yace en un ataúd, ya no puedo llorar, ni arrepentirme por lo que hice, por dar fin a mi vida, por ser cobarde y dejarme vencer, no hay marcha atrás. ¿Qué me pasó? ¿Qué pudo ser tan catastrófico para que yo tomara ésta decisión?.

Poco a poco los rayos de sol se van y voy quedándome en tinieblas. Sólo puedo teorizar que me hizo falta un poco de amor, de no dejar que todo me dañara tan fácilmente, una amistad sincera que me diera la mano para que no cayera en este abismo. Pero lamentablemente los humanos nos fuimos volviendo más hipócritas y cínicos y menos comprometidos; le damos tan poco valor a nuestra palabra y a nuestra integridad y moral, se habla y se destruye tan fácilmente con la lengua.

Y mi rostro queda sellado, primero escucho unas bisagras, después bajo como en un elevador; siento el caer de la tierra ¡no es la misma que me vio nacer!. ¡Pedí ser compañera de un árbol, darle abono y ayudarlo a crecer, no se ha cumplido mi voluntad; en cambio estoy en ésta caja que me asfixia!.

Pero ¡que más da! Extrañamente estoy más profundo en la tierra y más lejos del infierno, ese, se queda arriba.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS