El Coche Perfecto

El Coche Perfecto

Jairo Taveras

05/09/2018

Y era mi coche tan perfecto, sin abolladuras, sin colores diferentes, con un brillo impecable; Sus gomas, todas con la misma serie, perfecta alineación, interior en excelentes condiciones, combinado en dos colores, motor limpio, ordenado y con una potencia como pocos.

Mi coche me llevaba a todos lados, solo tenía que encenderlo y acelerar hasta el tope, sin medir aveces las consecuencias; Y si, claro que le echaba combustible, no demasiado por supuesto, pues tenía miedo de que me lo robaran y tuviera el tanque lleno en ese momento. De ves en cuando le daba mantenimiento, le verificaba el aceite y demás, pero no con tanta frecuencia, y aun así el me llevaba a todos lados, no importando el lugar que fuera, cuando otros vehículos se detenían por lo difícil del camino, por la lluvia, entre otras adversidades, el estaba ahí, en pie de guerra, conmigo hasta el final de mi trayectoria.

Un día me dispuse a viajar un poco lejos, encendí mi coche como siempre, pero olvidé verificar el aceite del motor. A mitad del camino y en las peores condiciones del viaje, mi coche no aguanto más, se tranco el motor y dejo de funcionar, fue el pero momento de mi vida pues necesitaba continuar mi viaje, el debía llevarme hasta ese lugar, esa era su responsabilidad, para eso fue creado; Así que vamos enciende, le gritaba a esa pila de chatarras, enciende porque debes llevarme a mi destino.

Debiste darme indicios de que necesitabas aceite y no detenerte precisamente en este lugar tan solitario y oscuro, sabes que no hay más vehículos por aquí, sabes que nadie más se detendrá a remolcarme o llevarme a donde tengo que ir…

Días después, le dije a mi antiguo coche: Sabías bien que era tu responsabilidad llevarme, y no hiciste nada para resolver eso; Montado en otro que aunque sabía que no estaba tan nítido como estaba el, podía por el momento resolver lo que el no pudo.

Pasan los días y todavía estas ahí varado, sin encender, acaso no te averguensas de lo que hiciste, del momento tan amargo que me hiciste pasar, sabiendo que te necesitaba, y no me vengas con el cuento de que no te di mantenimiento, de que no te dejaba descansar, si tienes claro que para eso fuiste creado.

Mientras tenga la oportunidad, te diré que tuviste la culpa de que quedara mal parado frente a las personas con las que tenía que reunirme ese día en que fallaste, enserio no debiste, y si, reconozco que siempre estuviste dispuesto a llevarme a todos lados, pero también debo decirte que eras un mentiroso e hipócrita, no estabas del todo bien, no tenias mucha gasolina y te faltaba aceite, por eso fallaste y la culpa es solamente tuya…

Si sirves para algo en tu vida, entonces no te permitas fallar, no te permitas caer, no le des paso a las flaquezas, pues todos aquellos que una ves aplaudían tus victorias hoy señalarán tus derrotas.

j.tletrasdelalma

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