penetrante voz de inframundo,
Cadavéricos rostros en la llanura de mi subconsciente,
Momentos lejanos,
Perdices vagas e ilusas,
Caminando solas hacia el precipicio.
Sin mirar atrás,
Tampoco hacia delante,
Soy la mera nimiedad del silencio,
La voz que se lleva el viento,
Una mirada aturdida sosegante de pasión.
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