En los últimos días mi alma se ha perdido entre sollozos suplicantes de carne humana. No he podido dormir, me la paso pensando en encuentros libidinosos con uno que otro ser que no merece mas que estar desmembrado y enterrado. Me la paso de sapo en sapo, de charca en charca y ninguna se parece a casa. Cuando termina el ritual vuelvo a dormir y a sentir o no sentir; este vació inunda la habitación, me lleva a un mundo extraño lleno de telarañas que me convierten en algo que no soy. Me la paso encerrada, asfixiada y carente de libertad. La infelicidad esta rondando, se alimenta de mis fracasos, de mis perdidas y mis tristezas, se da un festín con mis errores y al final me deja llena de una soledad concurrida, de una compañía silenciosa y sedienta.

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