Una melodía perfecta, en sincronía con el tiempo.
Pasado, presente, futuros futuros.
Y la velocidad de los pensamientos.
Va rimando con la percepción de emociones, asociada a un reencuentro, de notas olvidadas. Se deslizan, van cayendo, se mueven, acompañan.
Cuando el sol es una clave en el silencio del alma.
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