Bogota en 5 microcuentos

LA PLAZA DE BOLIVAR

La nostalgia golpeo una vez mas su pobre y arrugado corazón, a sus 80 años aun recorría la séptima contando a los transeúntes las interminables historias del bogotazo y la toma del palacio de justicia, en la primera era solo un niño que vio cómo su padre murió por una turba incontrolable y el segundo ya era un adulto y vio como moría su comandante. Nunca se alejo de aquella plaza, se reía al pensar en el nombre, pues todos sus 32 departamentos tenían una plaza con el mismo nombre, pero ninguna con la misma historia, era su placita de Bolívar.

MONSERRATE

Domingo, día del señor, todos salimos al cerro de Monserrate a presentar el culto que mi abuelo en gabardina hace 10 años nos inculco, era una mañana lluviosa y la lejanía era oculta con nubes grises, el sacerdote bendijo a la ciudad y comulgo a cuantos feligreses llegaran. Al fondo, en una esquina había un anciano, siempre que subía lo veía, era de esos de antaño con su traje y sombrero, muy devoto y servicial, a todos saludaba, pero con nadie hablaba, ya todos lo conocían como el viejo, un día murió y supimos que estaba allí por su hija que muy devota murió 10 años atrás, era un peregrino de los que le hacen promesas a los santos, y el estaba allí cumpliendo su promesa de vigilar a bogota de la mano de Dios y ahora de la mano de su hija.


INMIGRANTE CAPITALINO

Tanta lluvia y ella solo quiere sentir calor, duro 2 meses llegar de caracas a Bogota, no se acostumbraba a la soledad ni al frió. Recordaba la gente de su país que a bandadas salían de sus tierras. Agradecía a aquellos que la habían ayudado y miraba con recelo a las nubes oscuras que cubrían el techo capitalino, tenia doce años y una vida de nostalgia y dolor ya cargaba en sus hombros. Sin embargo, ella entendía que no tenia salida, empezó a caminar por la calle séptima y empezó a llover, supo en ese momento que era su bienvenida a esta nueva ciudad, a esta nueva esperanza.

ADIÓS ANTES DE TIEMPO

No recuerdo la noche, pero si las palabras de mi madre. – Dios lo bendiga y lo proteja- se que me suplicaba que no fuera, ¿a donde? ya no me acuerdo, ahora voy llegando a mi casa y veo que me buscan, es una mañana fría y oscura, grite para que me escucharan y no escucharon, vi a mis hermanos crecer en lagrimas, a mi padre morir de tristeza, acá estaba yo y no me veían, un día entre a mi casa y vi una foto mía, era de hace diez años y en ella decía » recuerdos antes de morir». Nunca hubo entierro, nunca encontraron mi cuerpo, Bogota me había tragado con sus malas amistades que mi madre me contaba.

MULTICULTURAL

Crecí en una ciudad callejera, llena de buses y trancones, de ruidos y gritones, acá o llamas la atención o eres ignorado, caminamos de la 170 a soacha y de la candelaria al Cortijo, una ciudad con un poco de todo el país, y cada quien tiene un sueño y una ilusión, quizá no somos el país mas feliz del mundo, pero somos el país con mas esperanza, acá nos levantamos y nos enfrentamos a las frías calles andariegas, a un gobierno que divide y a una selección de fútbol que nos une. Pero bogota es diferente a las otras ciudades del país, bogota es la única ciudad que recibe gente de todo el mundo con los brazos abiertos, es la ciudad donde hay mas esperanza, es así como yo me levanto en las mañanas a esperar el transmilenio.

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