El Reloj

Transcurre el tiempo, y no vemos avanzar nuestras vidas hacia ningún norte,

Mientras las agujas del reloj no se detienen ni siquiera a tomar un respiro.

Siento que me asfixio de tanto dolor circulando por mis venas,

Sé que muchos me condenan, piden mi carne para devorarla cual león hambriento,

Más hoy me encuentro sediento, de paz y nada más.

Siguen moviéndose las agujas del reloj, y yo solo puedo estar ahí,

Viendo lo estático en que me he convertido, varado en un puerto cuyas rutas cerraron hace tiempo, oxidado y con síndrome de deterioro, en el mismo lugar, en el mismo entorno,

Mirando hacia el norte que una vez estimé, pensando en el olvido que una vez recordé.

Quisiera por lo menos moverme un tanto, siquiera como las agujas del reloj,

Que no han parado desde hace tanto, y no pararán hasta que lo decida yo.

j.tletrasdelalma

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