El tiempo se congela,
comienzo a sentir como arde el pecho y
la mente se torna obscura, todo en su interior se desecho,
el corazón se exalta, desea garras para destrozar esas costillas que lo encarcelan y
empiezo a sentir como tu corazón desea lo mismo,
todo alrededor no importa
la textura de ese húmedo par, esta nublando los sentidos,
calidez en su punto auge,
mi tacto se vuelve cada vez mas suave,
la velocidad con la que la yema de mis dedos recorren tu rostro hace sentir a los segundos, horas,
un sudor frió amenaza tras esa mordida indolora que agudiza la sensibilidad,
el compás de nuestros movimientos recrean el mas lindo de los vals,
exhalaciones cortas chocan y terminan enjauladas en pulmones ajenos
el tiempo ya no es prioridad
el entorno dejo de importar hacia rato,
mis manos buscan ahora perderse en tu cuerpo y
tímidas encuentran tus caderas y se anclan,
no doy pauta a mi respiración
pareciera que no necesito hacerlo,
parecemos piezas de un rompecabezas
y a cada movimiento embonamos perfecto,
es lindo como la nariz funge como centro de todo ese mecanismo tierno,
siento tus brazos rodeando mi cuello
y como tus dedos se enredan en mi cabellera,
la piel se comienza a erizar,
pareciera que el ambiente esta repleto de estática,
cuando siento que el aire comienza a hacerme estragos
me detengo, y son micro-segundos que aprovecho para perderme en tu mirada,
y en un pestañeo vuelvo a perderme en ese par que apenas deje y que ya extraño como un maniático,
si, un beso es todo aquello que necesito,
a través de un beso, te darás cuenta que a veces
no hace falta decirlo, estarás sintiendo cuanto te amo.


Por: Luis Javier Garcia Luna

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