Llevaba semanas de conocer a una chica, mi primera impresión sobre ella fue de una mujer alegre, feliz, conversadora, atenta, aveces desubicada y un poco antipática, pero dentro de todo una persona que vive su felicidad plena que la mayor parte del día se podría pasar despreocupada de la vida viviendo su momento, su felicidad.

Hoy conversabamos de lo más normal empezó a llorar de una manera desgarradora y le brotaba lágrimas inconsolables, me quedé fría al precensiar su dolor, voltié a mirarle y tenía un rostro de dolor, estaba empapada de lágrimas en menos de 3 segundos.

Yo como persona suelo ser amable, aveces, pero aveces en los momentos que debo y veo que alguien necesita de apoyo, me cuesta, me es difícil poder dar palabras de aliento o peor aún, estrecharse un abrazo, aveces me frustra pero es algo como si me pudiera una barrera, me cuesta mucho ser esa persona que tal vez pueda darte un abrazo y decirte que todo estará bien; aveces estas situaciones me ponen neutra, me dejan fría, sin palabras, sin reacción.

Entonces solo atiné a decirle en voz baja, estás bien? Fue una pregunta bastante tonta porque el hecho que llorara de esa manera era porque de todas maneras estaba mal, estaba lidiando con sus problemas emocionales por dentro. Ella solo me dijo, si, también en voz baja y seguía llorando, lloraba tan desconsoladamente que me rompía el alma pero no sabía qué hacer, la situacion me puso un tanto incómoda por no saber cómo hacer para mostrarle mi apoyo que tal vez pudo ayudar en algo. Me dije, bien, si no puedo consolarla entonces tal vez pueda manejarlo de otra manera y opté por eso.

Le dije:

– Oye, no estabas cuidando tu zapato? Acabas de arruinarlo – sin darse cuenta había pisado un charco que ensució la mitad de su calzado.

Ella me miró y sonrió – Sí, tienes razón, acabo de arruinarlo, no tengo la cabeza aquí.

– Deberias porque justo te iba llevar a comer algo pero así no creo que nos dejen pasar!

Sonrió aún más, eso me dio mucho gusto.

– La mire y ví que tenía el rostro manchado con torta de chocolate mientras se acomodaba el cabello cuando había estado llorandome acerque y extendí mi mano hasta su rostro, ella estaba como un animalito cuando le golpeas y tiene miedo cuando alguien se le acerca, un tanto parecido a eso, se quiso alejar y le dije, tienes chocolate, y le limpié, se dejó limpiar y continuamos caminando.

Fuimos hasta un pastipan cerca y pedí ravioles para las dos, sabía que era su comida favorita, entonces empeze a contarle sobre mi anecdótica experiencia aprendiendo montar mi Penny, iba de lo más cool cuando en una esquina aparecen un grupo de chicos que me miraban con cierto asombro y hablaban entre ellos, gracias a Dios íbamos de cruzada, ellos venían y yo iba, pasé aproximadamente dos pasos detrás de ellos cuando una pepita que había caido de las palmeras desvía una ruedita y me fui de lanza a dos metros de mi peny y caí de rodillas, ellos voltearon a mirar pero menos mal no se rieron, me levanté y con toda la actitud puse la Penny al piso justo frente mío y de un buen impulso empeze alejarme y le rezaba a Dios que no me volviera a encontrar con ese grupo de chicos jajajaj. O peor aún mi otra experiencia cuando aprendía montar bicicleta, no sabía parar o voltear, me montaba y iba directo y en una de esas (hablo de mis 6 o 7 años aprox. cuando todavía vivía en barranca y las casas recién estaban levantandose, ahora ya se ah desarrollado bastante) un señor entraba a su casa la cual era de estera, yo le había metido una velocidad terrible a la bici que termine no solo atropeyandolo a él, sino también arrastre con su casa, le dejé casi un hueco por la velocidad con la que impacte, no le tome importancia al dolor que sentí y me levanté y corrí con la bicicleta toda la cuadra hasta llegas a mi casa y me encerré, le rezaba a Dios que el señor no se quejara en mi mamá porque lo más probable es que no me dejaría montar la bicicleta, me regañaria o peor aún iba hacer algunos mandados como castigo, o peor aún que me lo encontrará en la calle, el miedo me consumía hasta que pasaron un mes y como dice mi amiga Victoria » lo peor de todo es que tú regresas como las huevas», algo en el tiene razón, como las huevas empeze a caminar por las calles con y sin bici, ha no existía el temor, asumía que ya se le habría pasado la cólera al señor y hasta se habría olvidado porque vi que hasta le habían arreglado el lugar al que le di impactus jajaja.

Luego de contar mis anécdotas ya la vi más relajada, con otro semblante y empeze a tocar el tema como para «ayudar o aconsejar» y le dije:

Una vez, me enteré que mi mamá sufría mucho, nos extrañaba y temia a qué no nos vaya bien o nos pasará algo malo, siempre lloraba y cuando nos encontrábamos lloraba más aún ya sea de emoción l porque nos extrañaba tanto, entonces un día me dije:

– Mamá, yo siento cuando tú estás mal, es como un presentimiento, en ese entonces sufría bastante del corazón y por los mismo que empeze a tener problemas emocionales, también por lo mismo que como no los reflejaba tal vez llorando ese daño que me guardaba se reflejaba en pequeños infartos y incazones al corazón cosa que ya los fui aprendiendo a manejar con el tiempo, por eso digo, llorar no es malo, amo me parece muy bueno porque te hace más humano, eso demuestra que sientes, que tu corazón está vivo y puede tienes emociones vivas. Llorar es bueno porque botas todo eso malo que hay dentro tuyo, esa impotencia, dolor etc. Bueno le dije que si ella estaba mal, yo lo iba a sentir y sus lágrimas son como sales a mi día, si ella lloraba, me iba ir mal. Y así lo asumió, me dijo que tenía razón que ya no estará triste porque uno de esos días me puse mal y tuve que ir al cardiólogo y desde entonces mi mami se hizo fuerte por mí y yo por ella, ahora cuando me despido me estrecha un fuerte abrazo y un beso en la frente y me dice que todo me va ir bien, que confíe en mí y que no esté triste porque ella estaría triste si yo lo estoy así que trato de tener los mejores días idealizandome que ella también los va a tener.

Entonces, amiga, si quieres hacer feliz a las personas que más quieres, sé feliz, hay muchos más motivos para sonreír, no te autodestruyas, no seas egoísta contigo misma, despreocúpate de las cosas y relaja tu mente y dale con actitud a tus días, si piensas que vas a estar bien, lo estarás, cree en el poder de la mente, domina tu mente. No puedo leerte la mente para saber lo que te sucede pero si te puedo decir que casi todo en la vida tiene solución y solo hay una vida parar vivirlo y ser felices, no desperdicies tus días con recuerdos que no te ayudan o problemas que lo más probable es que tengan solución. De acuerdo señorita ? – le sobre la cabeza.

– Si, dijo sonriente.

Y así son los problemas de la depresión, todo eso que tal vez el mismo estrés o tus emociones te pueden hace sentir tan feliz como tan triste y miserable, solo las personas que sufren de eso podrán entenderlo y aunque para algunos les parezca sin importancia estas cosas, es porque no tienen la más mínima idea de lo que se siente cuando estás en este «lapsus», por ello suceden los suicidios y un sinnúmero de cosas que aveces suelen darse porque tu mente se nubla, no reacciona a nada, hasta las cosas con más valor, el motivo que te impulsaba a seguir adelante, se minimizan, tu estado de ánimo por los sueños y solo tienes una salida, morir ( cada que hablo de estos temas recuerdo mucho a Chester, es uno de los suicidios que me agarró fría y se me quedó en la mente). Si tienen a alguien con problemas de depresión, ayude lo, no es fácil manejarlo, normalmente estas personas son aquellas que los vez feliz, ni por un segundo podrías imaginarte que esa persona sufre de depresión porque todo el tiempo lo ves sonriente y tal vez amable con todos, amable por lo mismo que sabe lo que es sentirse solo y no tener ese apoyo en esos momentos difíciles de superar. La depresión aveces te mata.

Esta es una historia más que quise dejar escrita.

Llevaba semanas de conocer a una chica, mi primera impresión sobre ella fue de una mujer alegre, feliz, conversadora, atenta, aveces desubicada y un poco antipática, pero dentro de todo una persona que vive su felicidad plena que la mayor parte del día se podría pasar despreocupada de la vida viviendo su momento, su felicidad.

Hoy conversabamos de lo más normal empezó a llorar de una manera desgarradora y le brotaba lágrimas inconsolables, me quedé fría al precensiar su dolor, voltié a mirarle y tenía un rostro de dolor, estaba empapada de lágrimas en menos de 3 segundos.

Yo como persona suelo ser amable, aveces, pero aveces en los momentos que debo y veo que alguien necesita de apoyo, me cuesta, me es difícil poder dar palabras de aliento o peor aún, estrecharse un abrazo, aveces me frustra pero es algo como si me pudiera una barrera, me cuesta mucho ser esa persona que tal vez pueda darte un abrazo y decirte que todo estará bien; aveces estas situaciones me ponen neutra, me dejan fría, sin palabras, sin reacción.

Entonces solo atiné a decirle en voz baja, estás bien? Fue una pregunta bastante tonta porque el hecho que llorara de esa manera era porque de todas maneras estaba mal, estaba lidiando con sus problemas emocionales por dentro. Ella solo me dijo, si, también en voz baja y seguía llorando, lloraba tan desconsoladamente que me rompía el alma pero no sabía qué hacer, la situacion me puso un tanto incómoda por no saber cómo hacer para mostrarle mi apoyo que tal vez pudo ayudar en algo. Me dije, bien, si no puedo consolarla entonces tal vez pueda manejarlo de otra manera y opté por eso.

Le dije:

– Oye, no estabas cuidando tu zapato? Acabas de arruinarlo – sin darse cuenta había pisado un charco que ensució la mitad de su calzado.

Ella me miró y sonrió – Sí, tienes razón, acabo de arruinarlo, no tengo la cabeza aquí.

– Deberias porque justo te iba llevar a comer algo pero así no creo que nos dejen pasar!

Sonrió aún más, eso me dio mucho gusto.

– La mire y ví que tenía el rostro manchado con torta de chocolate mientras se acomodaba el cabello cuando había estado llorandome acerque y extendí mi mano hasta su rostro, ella estaba como un animalito cuando le golpeas y tiene miedo cuando alguien se le acerca, un tanto parecido a eso, se quiso alejar y le dije, tienes chocolate, y le limpié, se dejó limpiar y continuamos caminando.

Fuimos hasta un pastipan cerca y pedí ravioles para las dos, sabía que era su comida favorita, entonces empeze a contarle sobre mi anecdótica experiencia aprendiendo montar mi Penny, iba de lo más cool cuando en una esquina aparecen un grupo de chicos que me miraban con cierto asombro y hablaban entre ellos, gracias a Dios íbamos de cruzada, ellos venían y yo iba, pasé aproximadamente dos pasos detrás de ellos cuando una pepita que había caido de las palmeras desvía una ruedita y me fui de lanza a dos metros de mi peny y caí de rodillas, ellos voltearon a mirar pero menos mal no se rieron, me levanté y con toda la actitud puse la Penny al piso justo frente mío y de un buen impulso empeze alejarme y le rezaba a Dios que no me volviera a encontrar con ese grupo de chicos jajajaj. O peor aún mi otra experiencia cuando aprendía montar bicicleta, no sabía parar o voltear, me montaba y iba directo y en una de esas (hablo de mis 6 o 7 años aprox. cuando todavía vivía en barranca y las casas recién estaban levantandose, ahora ya se ah desarrollado bastante) un señor entraba a su casa la cual era de estera, yo le había metido una velocidad terrible a la bici que termine no solo atropeyandolo a él, sino también arrastre con su casa, le dejé casi un hueco por la velocidad con la que impacte, no le tome importancia al dolor que sentí y me levanté y corrí con la bicicleta toda la cuadra hasta llegas a mi casa y me encerré, le rezaba a Dios que el señor no se quejara en mi mamá porque lo más probable es que no me dejaría montar la bicicleta, me regañaria o peor aún iba hacer algunos mandados como castigo, o peor aún que me lo encontrará en la calle, el miedo me consumía hasta que pasaron un mes y como dice mi amiga Victoria » lo peor de todo es que tú regresas como las huevas», algo en el tiene razón, como las huevas empeze a caminar por las calles con y sin bici, ha no existía el temor, asumía que ya se le habría pasado la cólera al señor y hasta se habría olvidado porque vi que hasta le habían arreglado el lugar al que le di impactus jajaja.

Luego de contar mis anécdotas ya la vi más relajada, con otro semblante y empeze a tocar el tema como para «ayudar o aconsejar» y le dije:

Una vez, me enteré que mi mamá sufría mucho, nos extrañaba y temia a qué no nos vaya bien o nos pasará algo malo, siempre lloraba y cuando nos encontrábamos lloraba más aún ya sea de emoción l porque nos extrañaba tanto, entonces un día me dije:

– Mamá, yo siento cuando tú estás mal, es como un presentimiento, en ese entonces sufría bastante del corazón y por los mismo que empeze a tener problemas emocionales, también por lo mismo que como no los reflejaba tal vez llorando ese daño que me guardaba se reflejaba en pequeños infartos y incazones al corazón cosa que ya los fui aprendiendo a manejar con el tiempo, por eso digo, llorar no es malo, amo me parece muy bueno porque te hace más humano, eso demuestra que sientes, que tu corazón está vivo y puede tienes emociones vivas. Llorar es bueno porque botas todo eso malo que hay dentro tuyo, esa impotencia, dolor etc. Bueno le dije que si ella estaba mal, yo lo iba a sentir y sus lágrimas son como sales a mi día, si ella lloraba, me iba ir mal. Y así lo asumió, me dijo que tenía razón que ya no estará triste porque uno de esos días me puse mal y tuve que ir al cardiólogo y desde entonces mi mami se hizo fuerte por mí y yo por ella, ahora cuando me despido me estrecha un fuerte abrazo y un beso en la frente y me dice que todo me va ir bien, que confíe en mí y que no esté triste porque ella estaría triste si yo lo estoy así que trato de tener los mejores días idealizandome que ella también los va a tener.

Entonces, amiga, si quieres hacer feliz a las personas que más quieres, sé feliz, hay muchos más motivos para sonreír, no te autodestruyas, no seas egoísta contigo misma, despreocúpate de las cosas y relaja tu mente y dale con actitud a tus días, si piensas que vas a estar bien, lo estarás, cree en el poder de la mente, domina tu mente. No puedo leerte la mente para saber lo que te sucede pero si te puedo decir que casi todo en la vida tiene solución y solo hay una vida parar vivirlo y ser felices, no desperdicies tus días con recuerdos que no te ayudan o problemas que lo más probable es que tengan solución. De acuerdo señorita ? – le sobre la cabeza.

– Si, dijo sonriente.

Y así son los problemas de la depresión, todo eso que tal vez el mismo estrés o tus emociones te pueden hace sentir tan feliz como tan triste y miserable, solo las personas que sufren de eso podrán entenderlo y aunque para algunos les parezca sin importancia estas cosas, es porque no tienen la más mínima idea de lo que se siente cuando estás en este «lapsus», por ello suceden los suicidios y un sinnúmero de cosas que aveces suelen darse porque tu mente se nubla, no reacciona a nada, hasta las cosas con más valor, el motivo que te impulsaba a seguir adelante, se minimizan, tu estado de ánimo por los sueños y solo tienes una salida, morir ( cada que hablo de estos temas recuerdo mucho a Chester, es uno de los suicidios que me agarró fría y se me quedó en la mente). Si tienen a alguien con problemas de depresión, ayude lo, no es fácil manejarlo, normalmente estas personas son aquellas que los vez feliz, ni por un segundo podrías imaginarte que esa persona sufre de depresión porque todo el tiempo lo ves sonriente y tal vez amable con todos, amable por lo mismo que sabe lo que es sentirse solo y no tener ese apoyo en esos momentos difíciles de superar. La depresión aveces te mata.

Esta es una historia más que quise dejar escrita.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS