El viento endulzó los oídos
Con palabras suyas susurradas
En un calido enero.
El viento se la llevó muy lejos,
Nunca mas de ella yo he sabido;
Y cada verano que, desde entonces
Transcurre, con él me llegan
Sus delicados suspiros.
Es que, de momentos en momentos,
Fue metiéndose en un rinconcito
De mi corazón entristecido,
Pobre de caricias y besos.
Jamás me hubiera imaginado,
Quererla como la estuve queriendo.
Jamás pensé, siquiera,
Que se convertiría en mi
Gran verano esa noche de enero.
Mas; cada ocho de ése mes la pienso
Y me pregunto en silencio:
¿Qué será de mi bella flor?
La de aquel enero risueño,
Ésa que se durmió
Acurrucada en mi pecho.
Aunque sólo me queden gratos instantes;
Dulces recuerdos;
Ya que, nuestros caminos
Fueron totalmente opuestos.
Está es la historia
De un amor, cariño y tierno encuentro.
Era una bonita mujer
Que parecía sacada de un bello sueño.
Todo fue tan rápido,
Que ni tiempo a despedirnos tuvimos,
Pero aún cuando sólo haya sido una noche
Para ambos durará un milenio.
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