No me siento con fuerzas
para aullarle a esta luna.
Ella asoma entre las cornisas
de este bosque de cementos.
Y reprendo mis ganas
de gritarle a su luz.
Desde mi ventana la veo,
juega al escondite conmigo…
pero hoy le cuento al oído
que he de cobijarme,
que su luz enciende de nuevo
mis ganas de ti.
Su cuarto completo
no tiene sonrisa,
es una boca abierta
que me traga.
Y yo debo escapar de su influjo.
Necesito del plomo para quedarme en tierra.
Desde mi ventana veo como juega,
las aguas se elevan como mis memorias.
Su llamada es poderosa
más no debo sucumbir.
Y hoy me quedo callada,
ahogando en mi garganta
el alarido que tu fuerte presencia
me provoca.

Marga Escuder Gea.
Margeeg.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS