Lluvia

La lluvia empieza a visitarnos mas seguido.

Camino por la avenida de siempre, perdiéndome en el bullicio de los autos y buses, como odio días como estos, donde el sol esta en un punto insoportable y la ciudad se inunda de molestos vendedores de paletas y sodas. Parece que el cielo se compadece de mí y anuncia la llegada de monstruosas nubes negras, me aliso la blusa y continúo mi camino sintiendo alivio. Ya en la oficina desbloqueo la computadora y me aferro a mis audífonos como los únicos liberadores de los seres anormales que me rodean (creo que yo soy la anormal) enciendo a Silvio y me sumerjo en sus canciones, deseo que termine el día, y de repente escucho una explosión que opaca a Silvio llenando mi espacio de cánticos…

—»… y los pajarillos cantan la luna ya se metio» ¡Feliz Cumpleaños Raffi!

— Gracias a todos. No tenían porque…

— ¿Raffi donde vamos a celebrar hoy?

— ¿No tienes nada planeado? Es tu cumpleaños!!!

— Gracias pero no planee nada para hoy mi papá se encuentra algo delicado, ya ven porque no… (Miento).

— Oh Raffi, que se mejore tu papá, lo lamentamos.

— Gracias.

Voy a ser sincera detesto mis cumpleaños, solo quiero que el día termine. No me gustan los nightclubs, quizá puedo brindar en algún bar con gente agradable pero solo un momento, disfruto mas acostarme a ver alguna película o hacer el amor y brindar en la cama… Reconecto a Silvio y continuo con mis deberes.

Son las 6, saco mi tarjeta y marco mi salida, el anochecer tiene un perfume agradable, empieza la garua, muerta aún de pesadez y calor por la rutina, camino bajo la lluvia, mientras todos corren para esquivarla. Son las 6, pienso, ya solo faltan otras 6 horas para que termine este día donde la vida me resta un año. Las gotas acarician mi mejilla, aspiro con fuerza mientras veo el celular, ninguna llamada y ningún mensaje, sonrío, el modo avión es estupendo. Me pongo los audífonos y continúo caminando temiendo toparme con algún amigo, pero me doy cuenta que esta lloviendo y que todos están a recaudo excepto yo.