El inmortal

Cuando el minutero recorre su vuelta olímpica, me descubro pensándote. Trato de convencer a mi bálsamo cerebro en olvidar. Pero el lápiz sale a máxima velocidad, busca alcanzar aquel minuto perdido. Los segundos pasan, aflora mi gran trovador y te vuelve inmortal en mis letras. ¡Qué ironía! Aunque un ser de otro planeta conspirara en borrar mi memoria por siempre, tú jamás morirás… o al menos no lo hará nuestra historia. Quedara guardada entre símbolos alfabéticos. Estará acogida entre historias inconclusas, ahí vivirá. Y siempre contará una historia distinta en la imaginación de cada lector, aunque las palabras sean las mismas.

Tal vez ni siquiera te enteres del homenaje que les hago a tus labios, al contorno de tus mejillas y a la profundidad de tus ojos. Tal vez ni siquiera imagines que, en alguna parte de esta galaxia quedará rectificada nuestra historia. Tal vez me olvides, tal vez yo también lo haga. Pero nuestra historia jamás morirá.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS