Este lugar mágico está ubicado en la provincia de El Oro. Aquí se practica deportes extremos, pero también existen rincones para el relax y el descanso. La unión de enormes piedras para formar las cavernas, sorprende a los turistas.

Las cavernas de Chillayacu están ubicadas en la parroquia Uzhcurrumi, a 32.68 km de Pasaje, provincia de El Oro. Extensos bosques, distribuidos en 80 hectáreas, recrean un ambiente de tranquilidad y armonía con la naturaleza. Aquí se puede apreciar las hojas de los árboles qur se mueven de un lado al otro, tal cual se forma una danza y es propicio para el deleite de quienes visitan este rincón ecuatoriano.

Y es que estas cavernas se han convertido en un escenario ideal para quienes buscan despejarse del ajetreo diario o para disfrutar de una buena lectura a la sombra de los árboles y olvidarse de la rutina.

Las cavernas también cuentan con lugares para realizar deportes extremos como: escalada en roca, ciclismo en montaña y canoping, que consiste en desplazarse de un lado a otro a través de un cable de acero con: cuerda, arnés, casco y guantes.

La caída del agua sobre las rocas genera sonidos, como aquellos sacados de un audio para las terapias de yoga. Al pie de la cascada se forma un lago color esmeralda, a veces transparente como un espejo. “Escuchar esto me llena de paz y tranquilidad, a veces es bueno alejarse un poco de la ruidosa ciudad”, asegura Abraham Auz, turista guayaquileño.

El atractivo tiene locaciones diversas y es un escenario natural, propicio para disfrutar del turismo de aventura: práctica de senderismo o caminatas en campo, esto se puede realizar en caminos naturales o artificiales para apreciar el bosque, flora y fauna. Además con el uso de carpas, se puede acampar en las cavernas.

Vestida con una camisa polo blanca, pantalón jean y zapatos cómodos, estatura mediana, ojos cafés oscuros, contextura gruesa, aparece Mildred Ordóñez, quien se gana la vida como guía turística. Ella cuenta que los cambios que se han dado en el lugar son muy notorios, uno de ellos es la construcción de un complejo turístico y hostales para ofrecer hospedaje a los turistas que visitan Chillayacu. También menciona que dentro de las cavernas hay servicio wifi gratuito para todos sus visitantes. Gracias a esos cambios la actividad comercial en esa zona ha ido en aumento.

En la actualidad este sitio acoge aproximadamente 200 personas durante un mes cualquiera, pero en días de feriado recibe hasta 2.000 turistas, según Ordoñez.

Las cavernas reciben viajeros de todos lados, pero no siempre fue así. Era una zona abandonada: el monte enorme y verde cubría todo, no había senderos. El lugar solo era visitado por arqueólogos extranjeros y nacionales, quienes estaban interesados en descubrir cómo rocas grandes y pesadas de aproximadamente 30, 40 y 50 metros de altura fueron ubicadas a la perfección, de manera geométrica en algunos casos, para formar las cavernas. “Una de las principales teorías que ellos sostienen fue que el lugar había sido visitado por extraterrestres hace miles de años y colocaron las rocas así, misterio que hasta la actualidad no se ha descubierto”, afirma Ordóñez.

Almilcar Sánchez Velepucha, propietario de este centro turístico que acoge a las cavernas, contó que en un principio no estaba interesado en esas tierras y pensó en venderlas. Una semana antes de la venta fue hasta el lugar para realizar mantenimiento, fue allí mientras hacía su recorrido que se dio cuenta que ese lugar poseía una belleza oculta que debía ser explotada como un diamante en bruto, y la mejor forma de potenciarla era convertirla en un complejo turístico; de inmediato canceló lo que iba hacer y puso en marcha el nuevo proyecto que tenía en mente. El 12 de febrero del 2017 el complejo turístico “Las Cavernas de Chillayacu” abrió sus puertas al público por primera vez.